Se equivoca quien crea que el Gobierno está dando palos de ciego o actuando alocadamente en el tema de la CICIG, puesto que se trata de un plan bien elaborado para acelerar el fin de la lucha contra la corrupción y la impunidad; se trata de ejecutarlo de manera sistemática, sobre todo pensando en evitar que en los primeros días del año surjan nuevos casos que sigan evidenciando la grave complejidad de la corrupción en el país.
Algunos han considerado que se trata de una especie de arrebato, pero no es así sino que quienes dirigen desde la sombra el renovado y vigorizado Pacto de Corruptos no quieren correr más riesgos y convencieron al gobernante de que ya no tiene nada que perder y que es mejor adelantarse para impedir que mediante la presentación de nuevos casos se puedan dar retrocesos en el afán que tienen de acabar de una vez por todas con lo que ellos consideran la intromisión extranjera que siembra zozobra entre mucha gente en el país.
La expulsión de los investigadores y abogados no es casual sino que se centró en aquellos que han sido pieza clave de casos tan sonados como el del financiamiento electoral ilícito que es de donde arranca ese refuerzo importante que tuvo el Pacto de Corruptos y que se manifiesta con expresiones institucionales de “respeto a la autoridad presidencial” que repiten voceros de quienes de verdad tienen la sartén por el mango. No es una lista al azar, sino bien elaborada con el criterio de que hay que castrar a la CICIG para quitarle su eficiencia en la investigación y la promoción de los procesos correspondientes.
No existe ningún argumento racional para la revocatoria de las visas porque no existen hechos que fundamenten la decisión que, repetimos, es simplemente consecuencia directa de la determinación que existe de dar un paso mucho más firme en el esfuerzo por aniquilar los avances que se han tenido desde el 2015 cuando quedó en evidencia el nivel de podredumbre que tiene nuestro sistema de gobierno y el sistema político.
Si algo se puede entender como razón de mayor peso para este nuevo manotazo hay que encontrarlo en el tema del financiamiento electoral ilícito que se destapó con la Cooptación del Estado y avanzó hasta alcanzar a la mera élite y al actual Presidente, quienes han cerrado filas y alcanzado acuerdos para preservar las condiciones que les han sido tan favorables a lo largo de muchos años. Tal es la razón de fondo y el motivo de esa nueva crisis.