RIAD
AP
Arabia Saudí emitió hoy una refutación inusualmente fuerte al Senado estadounidense, rechazando una resolución bipartidista que culpó del homicidio del periodista Jamal Khashoggi directamente al príncipe heredero saudí, la cual describió como una “intromisión” en los asuntos del reino.
Es el indicio más reciente de cómo se ha deteriorado la relación entre la Corte real y el Congreso, más de dos meses después de que el saudí Khashoggi fuera asesinado y desmembrado por agentes saudíes dentro del consulado del reino en Estambul. Los asesinos han sido vinculados al príncipe heredero Mohamed bin Salman.
Los senadores estadounidenses aprobaron la medida el jueves pasado, culpando al príncipe del asesinato de Khashoggi y pidiéndole a Riad que se “asegure de que haya una rendición de cuentas adecuada”. Los senadores también aprobaron una medida similar en la que solicitan el fin de la ayuda de Estados Unidos a la guerra en Yemen encabezada por el gobierno saudí.
En un largo comunicado, Arabia Saudí dijo que la resolución “contenía intromisiones flagrantes” en sus asuntos internos y socava su papel regional e internacional. Está basada en “afirmaciones y alegatos sin fundamento”, agregó.
El reino ha rechazado que el príncipe heredero haya tenido algo que ver en el asesinato de Khashoggi en octubre dentro del consulado saudí en Estambul, el cual fue orquestado por altos agentes saudíes cercanos al príncipe Mohamed.
El reino “rechaza categóricamente cualquier interferencia en sus asuntos internos, cualquiera y todas las acusaciones, de cualquier forma, que le falten al respeto a sus líderes… y cualquier intento por socavar su soberanía o hacer menos su rango”, se añade en el texto.
Usualmente ese tipo de redacción se reserva para los que critican los antecedentes de Arabia Saudí en el respeto a los derechos humanos, tales como Suecia en 2015 tras la flagelación pública de un bloguero, y de Canadá este año por el arresto de activistas en pro de los derechos de las mujeres.
Pero el reino también atemperó el comunicado diciendo que “reafirma” su compromiso a relacionarse con Estados Unidos, y describió al Senado como “un cuerpo legislativo apreciado de un gobierno aliado y amistoso”.
El presidente Donald Trump se ha mostrado renuente a criticar al príncipe heredero, a pesar de que funcionarios estadounidenses de inteligencia concluyeron que él cuando menos estaba al tanto de la conspiración. Trump ha elogiado los acuerdos de venta de armas a los saudíes por miles de millones de dólares, y les ha agradecido por venderle petróleo a mejores precios.
Arabia Saudí niega que el príncipe Mohamed haya tenido algo que ver en el asesinato el 2 de octubre de Khashoggi, un columnista del periódico Washington Post que solía criticar al príncipe heredero en sus escritos. Bajo intensa presión internacional, el reino reconoció recientemente que el plan fue orquestado por altos agentes saudíes cercanos al príncipe.