Juan José Narciso Chúa
En la actualidad, nos encontramos casi concluyendo la segunda década del siglo XXI, un largo recorrido en términos de gobernantes para el país, así como nos introdujimos a una era dominada por la innovación tecnológica y el avance impresionante de los medios de comunicación, lo cual significa modernización de procesos, dispositivos e intercomunicación. Sin embargo, en materia de líderes la situación, pareciera caminar a contrapelo de los avances de la humanidad; muestras de ello hay varias, pero basta mencionar los casos de los mandatarios de Guatemala y Honduras.
Parece que la modernidad pasó lejos de sus personas; a pesar que ambos son profesionales, la academia los rebasó o no consiguió romper estructuras mentales rígidas, anticuadas y anquilosadas; a pesar de que ambos se hicieron presidentes por diferentes circunstancias, tienen rasgos en común. El hondureño se convirtió en mandatario por medio de amaños legales y llegó a la primera magistratura bajo sospechas y sumamente cuestionado. El segundo, Jimmy Morales, alcanzó la Presidencia de carambola, con un lema que la gente compró, sumado a una votación que buscaba deshacerse de los políticos tradicionales.
Sin embargo, ambos hoy representan lo más granado de la incapacidad. Sus ejecutorias se encuentran plagadas de torpezas permanentes, así como demuestran una ignorancia de su realidad que resulta ser enciclopédica. Con la crisis humanitaria de las caravanas de migrantes, han mostrado su faceta más absurda y han sido incapaces de manejar la situación de una forma adecuada. Además de dicha incapacidad manifiesta, hoy pretenden endilgarle a las caravanas un trasfondo político -similar a lo dicho por el presidente Trump-, cuando en realidad deberían de aceptar su irresponsabilidad para dotarles a sus ciudadanos de condiciones mínimas de dignidad para que no busquen migrar hacia el norte.
Hoy ocultan su descaro, mientras pretenden endilgarle al terrorismo el movimiento de las caravanas de migrantes, así como señalan que existe financiamiento para dicho flujo migratorio. Enormes mentiras, que ocultan monumental irresponsabilidad e incapacidad.
Justamente anoche en un noticiero nocturno, una de las entrevistadoras también se alineaba en este pensamiento absurdo del terrorismo, argumento que le rebatía contundentemente mi amigo Manuel Villacorta. Igualmente, esto lo afirmaba una trabajadora de la Casa Blanca a Jorge Ramos, quien viajó a Chiapas y le rebatía que no había visto a nadie que fuera de Medio Oriente, como para pensar en terrorismo, así como, que únicamente había encontrado gente muy pobre, que no tenían dinero ni para comer.
Cuando estoy escribiendo esta nota, las elecciones de medio término están desarrollándose, ojalá que el pueblo americano reconozca que se equivocó en su elección, al igual que en Honduras y en Guatemala; la gran diferencia es que en el norte existe el Impeachment (impedimento) que permite cambiar a un gobernante; mientras que en estos lares resulta imposible, más aún en Guatemala con un Congreso para la vergüenza y el repudio general.