Edgar Villanueva
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En cuatro días, los estadounidenses irán a las urnas nuevamente para las elecciones de representantes y senadores al Congreso de los Estados Unidos. Las elecciones de “medio término”, pondrán en juego los 435 curules de la Cámara de Representantes y una tercera parte del Senado, en un proceso electoral de mucha importancia para el pueblo norteamericano, y el cual también podría tener algunos efectos en la política exterior americana hacia Guatemala y la región Centroamericana.
Por el momento, el conocimiento convencional nos permite decir que los Republicanos mantendrán su mayoría en el Senado, pero que los Demócratas retomarán la Cámara de Representantes. Sin embargo, la elección del presidente Trump parece habernos dejado una importante lección: el conocimiento convencional no necesariamente refleja lo que sucede el día de la elección. En este sentido, hay algunos analistas que, tras ver datos de Estados donde hay voto anticipado, han podido indicar que los republicanos ya tienen una cómoda ventaja.
De todas las elecciones, llama la atención la que están teniendo el Senador republicano Ted Cruz y su rival demócrata, el exrepresentante Beto O’Rourke, tanto por la diferencia en sus personalidades, como por el hecho que Texas ha sido un lugar relativamente cómodo para victorias republicanas. El día de hoy, Cruz tiene una ligera ventaja sobre su oponente quien sigue dando batalla.
En este contexto, nos debemos preguntar: ¿Qué elementos de la elección deben ser de análisis para los guatemaltecos? La respuesta no es sencilla, pero principalmente reside en el escenario que los demócratas logren tomar la Cámara de Representantes. Si esto no sucede, además de ver ligeros cambios en el liderazgo de algunos Comités relevantes para la política exterior con Guatemala, podremos ver una administración Trump fortalecida y con la posibilidad de promover asuntos que han tenido “descansando en lo que pasa la elección”, como el financiamiento para el fortalecimiento de temas de protección fronteriza.
Por otro lado, si los demócratas ganaran la Cámara de Representantes, hay dos elementos principales que poner sobre la mesa. El primero, es que cambiarían los liderazgos de los Comités a Representantes demócratas. Eso implica que ellos controlarían la dinámica organizacional de los comités y su agenda, lo cual podría priorizar temas demócratas ya conocidos en Guatemala, pues son impulsados por aquellos representantes que siempre han tenido un interés en nuestro país. Por otro lado, los demócratas de la Cámara tendrían control de temas políticos contra el Ejecutivo que podrían complicar la gestión del presidente Trump, reduciendo las posibilidades de predecir el rumbo de la política estadounidense que tiene efectos en nuestro país.
No es nuestra elección, pero su resultado tendrá efectos en el proceso de influencia de la implementación de la política exterior del Gobierno republicano. Este tipo de sucesos dan relevancia a la necesidad de continuar trabajando sobre una agenda bilateral medible y estable, que nos permita, en la medida de lo posible, reducir el impacto de la política partidaria de ambos países.