Edgar Villanueva
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Desde distintos puntos de Honduras inició su trayecto la segunda caravana de migrantes con el objetivo de intentar llegar a los Estados Unidos de América. Es el segundo grupo que parte de esta manera en lo que va del año, el primero salió de El Salvador en abril, pero no estaba ni cerca del tamaño de la actual y no coincidió con un momento político como el que vive Estados Unidos, previo a sus elecciones al Congreso. Por lo tanto, su trascendencia mediática fue muy reducida.

¿Qué sabemos de la caravana hasta este momento? Primero, que es un grupo, principalmente compuesto de hondureños que salieron desde distintos puntos de su país y en su gran mayoría indican que van en buscan de una vida mejor, pues en su país hacen falta oportunidades. Segundo, que parecieran tener algún tipo de organización y que desconocen de sus posibilidades legales de entrar efectivamente en los Estados Unidos. Y tercero, que han sido objeto de un buen grado de atención del Presidente Trump.

Tenemos más información sobre la caravana, pero quisiera abordar únicamente estos tres elementos. El primero, porque nuevamente, vemos grupos vulnerables que lo que piden es una oportunidad, un trabajo para mantener a sus familias. Mientras esto pasa, en nuestros países ahogamos la inversión y maniatamos la economía, reduciendo cada día la posibilidad del sector empresarial de generar empleos que permitan que nuestros connacionales puedan hacer su vida en la tierra donde nacieron.

El segundo elemento que considero importante es las evidencias que el movimiento de migrantes tiene algún grado de organización. No me preocuparía que un grupo de espontáneos se organizaran para marchar juntos hacia algún destino, sin embargo, en mi experiencia con el tema migratorio, son muy pocos aquellos que llegan sin alguna “dirección” a la frontera con Estados Unidos. Desde Coyotes, hasta redes criminales de mayor calibre, es importante determinar si existen estos elementos infiltrados en la caravana. Y la principal razón es porque usualmente el desconocimiento de la situación que pueden enfrentar en la frontera de EE. UU proviene de quienes estimulan al migrante a viajar, a sabiendas que la entrada a dicho país, no está garantizada.

Con respecto al interés del presidente Trump en la caravana como parte de la estrategia para fortalecer a los republicanos previo a las elecciones de noviembre de 2018, yo considero que, habría que agregar otro elemento. El presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional para 2019 todavía no está aprobado y será en diciembre de 2018 que se intente aprobar. En este presupuesto, está la solicitud del presidente Trump para seguir construyendo el muro fronterizo, tema que han bloqueado permanentemente los demócratas. La caravana, vuelve a poner el tema sobre la palestra política de EE. UU sin siquiera darse cuenta.

En cualquier caso, cientos de guatemaltecos siguen saliendo diariamente rumbo a los Estados Unidos, por lo que con caravana o sin caravana, considero que la respuesta al reto es la misma: generación de oportunidades. Sin éstas, no habrá nada que detenga la migración.

Cartas del Lector

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