Factor Méndez Doninelli
La mayoría de focos de conflictividad social existentes en el país se concentra en las Verapaces, es decir, los departamentos de Alta y Baja Verapaz, en gran parte habitados por indígenas quekchíes. En las Verapaces las resistencias abundan, son de diferente naturaleza, van desde la oposición a proyectos de minería, construcción de hidroeléctricas, el despojo violento de tierras que ancestralmente les pertenecen y el desvío de ríos, hasta la defensa del territorio, el derecho de las comunidades a la consulta previa e informada y el respeto a los Derechos Humanos (DDHH).
Algunas resistencias actuales son: 1. PANIMÁ, BAJA VERAPAZ. Comunidad Dos Fuentes, oposición a hidroeléctrica CAFETAL, desalojo el 20/7/2018, saldo un fallecido y un herido. 2. SAN PABLO SEBOJ, PURULHÁ. Comunidad Monte Blanco. Hidroeléctrica SAKJÁ. La empresa destruyó el canal de agua que sirve a la comunidad.
En el país la resistencia de los pueblos es criminalizada y judicializada, por ello, hay varios presos políticos o de conciencia, uno es el dirigente indígena Bernardo Caal Xol, quien esta semana publicó una carta abierta manuscrita, para denunciar su privación de libertad y aclarar la “satanización” que sobre su persona hace un medio escrito guatemalteco. La carta dice, cito:
“Prensa Libre, entre comillas, deslegitima y minimiza la lucha del pueblo quekchí, que la ha ejercido históricamente.”
“El medio escrito ha querido hacer creer que somos criminales. Tácticas que solamente se ejercieron en los años oscurantistas de nuestra historia.”
“Lo único que hemos reclamado los quekchíes, es el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT, único mecanismo legal que tenemos los Pueblos Indígenas y que lo hacemos valer: Autodeterminación, ser informados y consultados previamente. En este caso, antes de ser despojados del río Cahabón y Ox-eek’, se debió haber cumplido.”
“Ese es el tema que está sobre la mesa. Las empresas y el Estado se han apropiado de esos ríos de manera anómala e ilegal. Los ríos Cahabón y Ox-eek’ son sagrados para el pueblo quekchí… Eso nos dijeron nuestros abuelos y abuelas, incluso está en el Popol Vuh.”
“En menos de un mes, Prensa Libre me ha dedicado 4 (cuatro) editoriales, donde se me sataniza, llevando a la cúspide más alta el odio y la criminalización hacia mi persona, demostrando de esta forma que han sido del equipo de trabajo que ha planificado el despojo o despojos que hemos sido objetos desde hace muchos años en el territorio quekchí.”
“Están haciendo creer a sus lectores que soy un criminal, un delincuente y por otro lado, quieren ejercer presión sobre decisiones judiciales de procesos penales que el Ministerio Público y las empresas me han fabricado.”
“La criminalización también es corrupción. Posiblemente, los editoriales de Prensa Libre son para el beneplácito de sus accionistas, pero desde la prisión les exijo una disculpa pública al pueblo quekchí porque en su editorial del 22 de octubre de 2018, denominó a mi pueblo como una “turba…”
“El pueblo quekchí no es “turba”… es un pueblo cansado de tanta explotación, pobreza, abandono y despojo. El pueblo quekchí tan solo exige el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT.”
(Firma): “Bernardo Caal Xol. Preso por más de 6,000 horas por exigir las consultas en territorio quekchí.” Fin de cita.
Visibilizar las luchas de resistencia de los pueblos indígenas pese a la criminalización, es hacer valer el ejercicio de derechos indígenas y de DDHH.