CIUDAD DE MÉXICO/AP
El futuro del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, del que ya se ha completado un 30 por ciento, se decidirá en una consulta popular esta semana, un acto de equilibrismo político por parte del presidente electo que podría frenar el mayor proyecto de infraestructura en la historia reciente del país.
Andrés Manuel López Obrador prometió que permitiría que el pueblo decidiera sobre el proyecto de 13 mil millones de dólares diseñado en colaboración con el reconocido arquitecto Norman Foster. El dirigente dijo anteriormente que, sí salía elegido, lo cancelaría, equiparando su victoria en las urnas a un referéndum.
Durante cuatro días a partir de hoy, la ciudadanía votará a la pregunta de si continúa con la construcción del nuevo aeropuerto o si se modernizan el actual y el de la ciudad de Toluca –a dos horas de distancia– mientras se construyen dos nuevas pistas en una base militar que quedaría para uso comercial.
Los partidarios del nuevo aeropuerto afirman que es necesario porque el Aeropuerto Internacional Benito Juárez maneja un tráfico superior a su capacidad original y se necesita una solución urgente que satisfaga la creciente demanda.
Rodeado de vecindarios residenciales densamente poblados, el aeropuerto actual no tiene espacio para nuevas pistas. Los partidarios señalan un estudio realizado por la corporación estadounidense Mitre que demuestra que aunque el plan alternativo es técnicamente factible, presenta importantes problemas logísticos y, en términos generales, es inviable.
Los detractores del proyecto arguyen que el nuevo aeródromo no solo es un potencial foco de corrupción, sino que representaría un desastre ambiental que pone en riesgo un esfuerzo de varias décadas por restaurar los lagos que cubrían originalmente el valle en el que se ubica la capital del país. Los residentes afirman que no fueron consultados sobre la realización del proyecto.
López Obrador dijo que quiere ser imparcial, pero él y los elegidos para su gobierno suelen presentar argumentos en contra del proyecto, describiéndolo como una fuente de riqueza para intereses corruptos.
La semana pasada apuntó que una segunda opción podría resultar en un ahorro de 5 mil millones de dólares. Lo que no dijo, sin embargo, es qué sucedería con los restos de la construcción del nuevo aeropuerto en caso de que pierda. Por el momento se invirtieron alrededor de 6 mil millones de dólares en el proyecto ubicado en el noreste de la Ciudad de México.