Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales, honestos, valerosos y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al país a la ignominia más desesperante y atroz”.
Javier Sicilia
…Continúo con un relato que puede ser el de cualquier familia guatemalteca, porque es un hecho que, probablemente es más que una triste verdad, que sucesos de sangre que aunque, por ser anónimos no afectan a la sociedad en general, y son más recurrentes de lo que deberían ser, pero que solamente llenan unas cuantas noticias en sucesos.
Al salir del hospital con mi hermano, nos encontramos sin respuestas y con muchas interrogantes más, ¿Cómo salió el joven del hospital? ¿Por qué no existían registros de él? ¿Cómo es posible que un herido pase desapercibido para médicos y enfermeras? Nos pareció todo kafkiano, pero mi hermano salía del país por motivos de trabajo al día siguiente, así que me dejó el especial encargo que continuara.
Somos muchos hermanos, así que una de mis hermanas se sumó, a tratar de escalecer nuestras dudas, inmediatamente nos fuimos al cuerpo de la policía en la que conocieron de los dos hechos, y levantaron los respectivos partes.
Afortunadamente se encontraba la misma guardia que el día de los dos incidentes de sangre, así que nos trataron con mucha educación y solicitud, les comentamos nuestras dudas en relación al paradero del menor herido, grande fue la sorpresa de los agentes cuando les comentamos que no lo encontramos en el hospital, y que aparentemente le habían dado el alta, nos comentaron que era imposible, porque el joven tenía tres balazos en su cuerpo, y que uno de ellos era bastante delicado, por lo que sabían lo habían intervenido quirúrgicamente, y que una de las heridas había sido de pronóstico reservado, tanto que había motivado que lo operaran de emergencia; ante ese cuadro era imposible que recién operado los médicos hubieran autorizado su salida del hospital, nos indicaron que era imposible que no lo encontráramos.
Fuimos al MP, a preguntar por los dos casos, hablamos con las fiscales asignadas, y las dos coincidieron en que no tenían conexión alguna los casos, porque los lugares en los que habían acaecido eran diferentes, ese fue su fundamento, además, que se encontraban en fase de investigación, por lo que ni en el de mi hermano, y menos aún en el otro, podían darnos información, en el primero por ser familia podía llegar tres meses más tarde, y en el segundo me tenía que apersonar, pregunté por las pertenencias de mi hermano y me fijaron fecha para entregármelas, por ser medios de prueba.
Volvimos a buscar a los agentes de la policía, y les comentamos los “avances” en el MP, nos comentaron que ellos tenían sus hipótesis, pero que los agentes fiscales nunca les escuchaban, y que decidían la mayoría de las veces, sin fundamento y sin tomar en cuenta el parte policial realizar la investigación, les preguntamos sobre la familia del fallecido y del “desaparecido”, los dos eran hermanos, el mayor ya tenía antecedentes por hurto con ellos, pero que no tenían más información, pero que con el nombre del fallecido, y por ser abogada me podrían probablemente dar mayor información en el Inacif que se encuentra en la morgue.
Reconocimos que los funcionarios de la policía fueron quienes más nos ayudaron, y a quienes no tendremos forma de agradecer y reconocer que tienen poco apoyo institucional, pero si mucha lógica, conocen el campo, y poder de análisis para establecer los elementos reales del delito.
Continuará.