Luis Enrique Pérez

lepereze@gmail.com

Nació el 3 de junio de 1946. Ha sido profesor universitario de filosofía, y columnista de varios periódicos de Guatemala, en los cuales ha publicado por lo menos 3,500 artículos sobre economía, política, derecho, historia, ciencia y filosofía. En 1995 impartió la lección inaugural de la Universidad Francisco Marroquín.

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Luis Enrique Pérez

El científico Vincent R. Gray afirma que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas, es corrupto, altera datos científicos, o los oculta, o los selecciona perversamente. El informe que publica el panel es una “gran mentira”, o una “estafa”. El propósito es complacer a políticos de países que contribuyen a financiar ese mismo panel.

Vincent R. Gray nació en Londres, Reino Unido, en marzo del año 1922; y falleció en Petone, Nueva Zelanda, en junio del presente año. Fue un físicoquímico, fundador de la Coalición de Nueva Zelanda para la Ciencia del Clima; y autor de dos obras: “El engaño del invernadero: una crítica sobre cambio climático 2001”, publicada en el año 2002; y “Confesiones de un escéptico climático», publicada en el año 2010. Desde el año 1990 había colaborado con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

Algunos miembros del panel son científicos “que han mostrado su desacuerdo” con las tesis esenciales del panel; pero su opinión ha sido excluida porque hay que lograr el mayor “mayor consenso”, y no porque hay un fundamento científico. Por ejemplo, la versión original del informe del año 1995 afirmaba: “No se excluye la posibilidad de que las causas de una proporción significativa de la tendencia (al calentamiento) sean factores naturales”; pero esa parte fue modificada, para lograr el “mayor consenso”.

En ese mismo informe, con aquel mismo propósito de “mayor consenso”, fueron eliminadas estas afirmaciones: “Ninguno de los estudios mencionados ha mostrado clara evidencia para que podamos atribuir el cambio observado de temperatura a un incremento específico de la emisión de gases de efecto invernadero.” También fueron eliminadas estas afirmaciones: “Finalmente, se plantea la cuestión más difícil de todas: ¿cuándo podemos atribuir de un modo inequívoco el cambio climático a causas antropogénicas… No es sorprendente que la mejor respuesta a esta pregunta sea esta: no lo sabemos.”

Gray declara que el panel pretende ignorar este suceso: “durante los últimos ocho años no ha habido calentamiento global”; y opina que “la desaparición del pánel… no solo es deseable sino inevitable”, porque el mundo finalmente se percatará de que “sus predicciones no se cumplen. La ausencia de cualquier calentamiento global en los últimos ocho años tan solo es el principio.”

El pánel ha intentado eludir responsabilidad por los efectos económicos catastróficos que pueda causar su teoría sobre cambio climático. Uno de los medios de eludirla es declarar que el término “cambio climático” denota “cualquier cambio que ocurra en el clima del planeta” provocado por agentes naturales o por la actividad humana. Empero, Gray advierte que, aunque el panel admita agentes naturales, realmente atribuye a la actividad humana, principalmente por producir dióxido de carbono, la causa del cambio climático; e intenta despojar de importancia científica a los agentes naturales.

Post scriptum. En febrero del año 2015, Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, declaró que el propósito de tal convención era “intencionalmente… transformar el modelo de desarrollo económico…” Aludía a destruir el capitalismo. El clima tenía importancia secundaria, o terciaria o cuaternaria.

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