Berlín
Agencia (dpa)
Los propietarios de automóviles diésel antiguos en regiones con elevada contaminación deberán recibir nuevas ofertas para comprar vehículos más respetuosos con el medio ambiente o la posibilidad de poder modificar los motores, según un acuerdo presentado hoy por el Gobierno alemán.
Estas dos opciones están previstas para 14 «ciudades especialmente afectadas» que superan con creces los valores límite de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno (NO2): Múnich, Stuttgart, Colonia, Reutlingen, Düren, Hamburgo, Limburg an der Lahn, Düsseldorf, Kiel, Heilbronn, Backnang, Darmstadt, Bochum y Ludwigsburg.
El ministro de Transportes alemán, Andreas Scheuer, y la ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, calificaron hoy unánimemente como «un gran avance» el acuerdo alcanzado en la madrugada de ayer en una maratoniana reunión de la cúpula del Gobierno alemán, formado por conservadores y socialdemócratas.
Por su parte, Schulze se mostró convencida de que la industria automotriz aprovechará la oportunidad que le ofrece el Gobierno. «En los últimos años han perdido mucha confianza y ahora tienen la posibilidad de recuperarla», comentó con la mirada puesta en la manipulación de Volkswagen de los motores diésel para simular tasas de contaminación más bajas.
Representantes de las automotrices señalaron que los cambios necesarios en el hardware de los vehículos deben ser primero desarrollados y luego aprobados por la Oficina Federal de Vehículos a Motor. Por lo que no se esperan soluciones técnicas hasta dentro de dos o tres años.
Entre los conductores que podrán optar a estas medidas se encuentran también los residentes de los distritos vecinos y los «propietarios de vehículos residentes fuera de estas zonas que tengan una relación laboral en la ciudad» y los autónomos que tienen su sede social en la ciudad.
En concreto, los fabricantes alemanes de automóviles deberán ofrecer a los propietarios de vehículos con motores con emisiones del tubo de escape de acuerdo con las normas europeas Euro 4 y Euro 5 -que regulan los límites de emisiones de gases- «un programa de intercambio con atractivas primas para cambiar el automóvil o descuentos».
El objetivo era «compensar la especial pérdida de valor que sufren los vehículos diésel como consecuencia del debate sobre sus emisiones contaminantes». Se podrán comprar coches nuevos y usados y se espera que los fabricantes extranjeros hagan lo mismo y presenten ofertas similares.
En el caso de los motores Euro 5 se ofrecerá también la posibilidad de instalar una tecnología adicional de purificación de los gases de escape en el motor. El Gobierno alemán espera en este caso que el fabricante de automóviles asuma los costes, incluida la instalación.
Esta medida cuenta con gran oposición dentro de la industria automotriz. Mientras Daimler ha evitado pronunciarse al respecto hasta analizar al detalle la propuesta del Gobierno, BMW anunció que concederá una bonificación de hasta 6 mil euros para cambiar de automóvil, pero rechazó asumir los costes de llevar a cabo modificaciones en los motores.
Este acuerdo llega en un momento en el que las principales ciudades del país debaten sobre medidas para rebajar la contaminación atmosférica. A principios de mes, la Justicia dictaminó que Fráncfort deberá prohibir la circulación de vehículos diésel con el objetivo de lograr una mejora de la calidad del aire.
Fráncfort se sumará así a otras ciudades alemanes como Stuttgart, que anunció en julio que prohibirá a partir de 2019 la circulación de automóviles diésel antiguos o Hamburgo, que hizo historia a finales del mes de mayo al convertirse en la primera ciudad de Alemania en declarar la guerra a los malos humos decretando la prohibición de coches antiguos en tramos de dos calles.
De acuerdo con las cifras de la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania, en casi 70 ciudades del país se registran niveles de óxidos de nitrógeno superiores a los permitidos. La lista la encabezan Múnich, Stuttgart y Colonia.
Cerca del 60 por ciento de la contaminación de óxido de nitrógeno es causada por el transporte y de este 60 por ciento, un 72.5 por ciento se debe a las emisiones de automóviles de motor diésel.