Ayer el Ministro de Finanzas Públicas dijo que el proceso electoral del año entrante se vuelve incierto si no es aprobado el Presupuesto General de la Nación, decisión que depende y está muy vinculada con el tema del transfuguismo porque, aunque usted no lo crea, la mayoría de diputados tránsfugas que vería imposible su reelección con la normativa actual, está exigiendo una reforma que les permita ser postulados por otros partidos a cambio de su voto en cuestiones tan importantes como la aprobación del Presupuesto o las cuestiones vitales para el Pacto de los Corruptos, como sería la aprobación de las reformas a la ley de antejuicio para descabezar la Corte de Constitucionalidad y la PDH.
El tema de un proceso electoral “incierto”, planteado ayer por el Ministro de Finanzas, puede tomarse como otro más de los chantajes que se hacen para lograr la aprobación de un Presupuesto de la Nación con vicios, pero también hay que verlo como una amenaza que puede resultar muy conveniente a quienes están trabajando a marchas forzadas y tiempo extra para afianzar la Dictadura de la Corrupción en el país. Y es que les convendría mucho que por falta de recursos para la realización de las elecciones el país entrara en situaciones irregulares como las que ya hemos visto en países como Honduras, Nicaragua y Venezuela, para citar algunos preclaros ejemplos, en los que la voluntad popular se violenta de manera más que arbitraria.
No sabemos si el Ministro de Finanzas midió las implicaciones de su afirmación sobre el carácter incierto en que se encuentra el proceso electoral por el tema presupuestario, pero es gravísimo lo expuesto porque constituye una advertencia de que existe posibilidad de que no se puedan realizar elecciones por falta de presupuesto para que el TSE cumpla con su obligación de garantizar el ejercicio democrático.
Y el tema tiene estrecha vinculación con el asunto del transfuguismo porque como somos un país en el que no existen realmente partidos políticos sino grupos electoreros y de negocios que usurpando la calidad de partidos se prestan a la cooptación del Estado, el cambio de bancadas es una norma y no la excepción. Como bien nos ilustraba un migrante hoy mismo, citando las palabras de Carlos Gaviria Díaz, “el que paga para llegar, llega para robar”, y en Guatemala las candidaturas para diputado tienen precio, lo que explica por qué es que los diputados se comportan como se comportan, porque no tienen lealtad partidaria ni mucho menos a los electores porque como pagaron para llegar, ya sabemos su intención.