Juan Francisco Reyes

jfrlguate@yahoo.com

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Juan Francisco Reyes López
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Cuando analizamos la denominación o título que el gobierno de Álvaro Arzú y Luis Flores decidieron aplicarle al Palacio Nacional determinamos que omitieron referirse a esta importantísima estructura material al solo señalarlo como de la cultura.

Poder hacer una separación entre cultura e historia es imposible, y por ello parte de las conversaciones y contenido de nuestros Acuerdos de Paz es que somos un pueblo multiétnico, multicultural y multilingüe.

Para la riqueza de nuestra población sabemos que somos multiétnicos y, aun cuando es difícil decir con precisión y exactitud cuántas etnias integran lo que somos, también sabemos que somos multiculturales.

A pesar de los múltiples esfuerzos de los antropólogos, los especialistas en estudiar los numerosos grupos étnicos de nuestro país, no hemos podido precisar las raíces y cómo evolucionaron los Mayas; por consiguiente, qué tan amplia es la gama de estas culturas.

Sin pretender menoscabar las mismas, hasta la fecha podemos decir que es mucho lo que nos falta por determinar el origen, la evolución e incluso la forma en que los diferentes períodos Mayas que sucedieron los unos a los otros.

Por tanto, debemos estar agradecidos con Dios y decir que la cultura quiché, cachiquel, zutuhil, mam pocomam, quekchí y demás culturas tienen algunas raíces en común, pero que no podemos afirmar con precisión científica la diferencia con las culturas que existen en Guatemala y en el área del imperio Maya.

En lugar de restringir debemos universalizar lo multiétnico, lo multicultural y por supuesto lo multilingüe; ningún censo pasado, presente y futuro debe limitarlos.

Al presidente Jimmy Morales, al vicepresidente Jafeth Cabrera, a través de su Ministro de Cultura el licenciado Chea Urruela, debe de reconocérseles que el actual gobierno, de forma minuciosa, ha invertido en el Palacio Nacional y que oficialmente debe denominarse a esta joya nacional y mundial “Palacio de la Historia y la Cultura de Guatemala y Centroamérica”.

Que orgullo y que alegría es ver cómo se está invirtiendo en todo el Palacio Nacional, como se va restaurando los colores originales en las paredes, cómo se va recuperando lámparas, puertas y artesanado para que así pueda dejarse constancia de esa mínima pero importante inversión.

Este cuarto año de gobierno es el gobierno donde más se debe de invertir en la totalidad del Palacio Nacional “de la historia y la cultura” para que así cuando concluya el presente gobierno se haya colocado los dos domos en ambos patios, este y oeste, si en algún mérito político, histórico y cultural debe de hacerse énfasis es en el ya señalado.

Como a todo ser humano el orgullo se materializa con hechos y que mejor obra histórico cultural que recuperar milímetro por milímetro todo el contenido histórico científico del Palacio más bello de toda América Latina.

¡Guatemala es primero!
Continuará…

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