Hoy se cumplen 48 horas señaladas en el abusivo e improcedente ultimátum que la ministra de Relaciones Exteriores de Guatemala dirigió al Secretario General de la Organización de Naciones Unidas con una sarta de exigencias que evidencian la falta de elemental comprensión de las relaciones multilaterales. Ningún Canciller con dos dedos de frente y no afectado por la ignorancia supina hubiera aceptado firmar la carta que le puso enfrente el principal asesor en temas jurídicos e internacionales del presidente Morales, pero como ya sabemos que no se pueden pedir peras al olmo, tenemos que entender que en las actuales condiciones, en las que la ausencia de razón se conjuga con la absoluta e irracional soberbia, se estampó la firma.
Por supuesto que el Secretario General de la ONU, funcionario electo por la Asamblea General de la organización a propuesta del selecto Consejo de Seguridad, tendrá la respuesta procedente ante el improperio del Gobierno de Guatemala que nos coloca en un predicado realmente lamentable porque se demuestra que no tenemos la menor idea de lo que significa el derecho internacional, por más que un viejo abogado y diplomático sea el mentor de la ignorante, ni mucho menos del funcionamiento de una entidad como Naciones Unidas.
Ayer quedó claro que el Gobierno no va únicamente tras la prohibición para que Iván Velásquez entre a Guatemala sino que busca a toda costa denunciar el acuerdo de creación de CICIG y por eso se plantean posturas extremas para justificar esa decisión. Por supuesto que el asesor que dictó la nota jamás la hubiera firmado para no comprometer su ya patético prestigio personal y familiar, pero sabiendo como sabe que el papel aguanta con todo y que la comprensión de la Ministra también, no dudó en colocar expresiones y argumentos que dan grima pero que tienen la expresa finalidad de llevar la crisis al límite para dar el manotazo final.
Por supuesto que el señor Guterres no va a aceptar ninguna de las patrañas contenidas en la carta y por lo tanto el Gobierno, vencido el ultimátum, procederá con el resto de sus planes que nos llevan a una ruta de colisión seria que ahondará la división existente entre el grupito al que le urge terminar con la CICIG para reinstaurar su reino de la impunidad y el resto de la ciudadanía que, al mismo tiempo que apoya la lucha contra la corrupción, entiende que el gobierno de Morales está coaligado con los presos del Zavala y poderosos personajes que no quieren ir a parar allí.