Francisco Cáceres Barrios
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Es una lástima que el debate político se haya ido perdiendo en nuestro país, cuando se han enviado al cesto de la basura aquellos dignos ejemplos o modelos educativos de la correcta aplicación de la retórica y la dialéctica que nos tocó disfrutar a quienes al final del siglo pasado fuimos estudiantes de secundaria o de la universidad. La juventud guatemalteca de hoy se perdió una valiosa época, durante la Revolución de Octubre hasta los años en que políticos de la talla de Juan José Arévalo, Eduardo Cáceres Lehnhoff, José García Bauer y tantos más de diversas ideologías, brindaban sus cátedras en las tribunas públicas, fuera en el seno del Congreso o durante debates en los medios de comunicación social. Todo ello se acabó. Se fue deteriorando de tal manera, que pasó a ser una constante y repetitiva expresión de berrinches con una total ausencia de sólidos y justificados conceptos y argumentos.
Traigo a colación lo anterior porque el presidente Jimmy Morales ha dispuesto recientemente con más frecuencia, que cada vez que tiene un micrófono enfrente, se pone a lanzar dardos envenenados a sus opositores o simplemente porque politiqueramente así le conviene hacerlo. Lo peor de esta lamentable situación es que sus colaboradores han dispuesto imitarlo o a lo mejor por recomendaciones expresas de su superior jerárquico. Por ejemplo, seguramente molesto porque los estudiantes de la San Carlos no participan del criterio presidencialista de no prorrogar el convenio de la CICIG, recientemente dispuso calificarlos en general como de ser “carísimos”, porque su Alma Máter tiene asignado el cinco por ciento del Presupuesto ordinario del Estado.
¿Y qué culpa tienen los estudiantes de hoy que esa entidad haya sido dirigida inadecuadamente, cuando los responsables de ello han sido sus rectores y directivos, incluyendo a su propio Vicepresidente? ¿A qué viene el airado señalamiento al Tribunal Supremo Electoral de no cumplir con las leyes que los rigen? ¿Será que el resentimiento personal que tiene el Presidente se debe a que fue señalado por dicho tribunal por no haber declarado su partido, como la ley lo determina, aportes a la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia?
Por otro lado, si no son ciertos los señalamientos que se le han venido haciendo al actual gobierno, su Presidente debiera presentarse con la verdad en la mano ante la población, informando pormenorizadamente en qué se han gastado los millones de quetzales que ha tenido a su disposición desde que asumió el poder. Solo así y no con berrinches podrá demostrar que el pueblo está equivocado en cuanto a sus señalamientos de tardanza para dejar en buen estado las carreteras del país; en cuanto a la no reducción de los índices de desnutrición infantil; a la continuada mala calidad educativa en los niveles primarios y secundarios, solo para citar algunos ejemplos, de lo que hoy califica la mayoría de la población como una cada vez peor administración pública. Por favor, ¡no más berrinches!