La Habana
Agencia (dpa)
Cuba alertó contra la intención de Radio y TV Martí de comenzar a emitir su programación en la isla a partir de agosto, mes de nacimiento del fallecido líder Fidel Castro, según informa el portal Cubadebate.
La información denuncia que las «agresiones radioeléctricas afectan el normal funcionamiento de las telecomunicaciones nacionales y violan directamente la letra y el espíritu de numerosos acuerdos internacionales».
El posicionamiento responde al anuncio del nuevo director de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB, por sus siglas en inglés), Tomás Regalado, de que Radio y TV Martí se verán “pronto” en toda Cuba, sin interferencias y en alta definición.
“Millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses son desperdiciados cada año para intentar llevar la propaganda de Miami al territorio cubano. Todos los métodos intentados hasta ahora chocaron con la efectividad de las autoridades para bloquear las señales, que constituyen una violación de las normas internacionales para el uso del espacio radioeléctrico”, señala el artículo.
En declaraciones a la cadena de Miami Mega TV, Regalado calificó al proyecto como una “revolución tecnológica” que permitiría en unos seis meses una “penetración total” en toda la isla y una nueva frecuencia de onda corta.
Según el exalcalde de Miami “es una tecnología que no existía y como no la conocen es casi imposible que puedan bloquearla” y los cubanos recibirían la señal hasta en los teléfonos móviles. Agregó que ya han llevado a cabo en La Habana las primeras pruebas de su funcionamiento.
Para estas nuevas tecnologías cuentan con el apoyo de fondos millonarios aportados por Washington a través del programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el apoyo del senador republicano cubanoamericano y abiertamente anticastrista Marco Rubio.
Radio Martí surgió durante el mandato de Ronald Reagan y la televisión comenzó el 27 de marzo de 1990. La señal se enviaba desde aeronaves, pero era bloqueada por técnicos cubanos.
La OCB también estuvo involucrada en un escándalo de pagos ilegales a periodistas de Miami entre 1998 y 2002 para que escribieran reportajes “hostiles y discriminatorios» sobre Cuba y en especial sobre el caso de los cinco cubanos presos en Estados Unidos.