Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@gmail.com
Continuando la misiva de la semana anterior sobre la situación de la niñez en Guatemala, quiero contarle que de acuerdo al trabajo de monitoreo de medios escritos de La Nana, durante su gobierno, miles de menores de edad han fallecido a causa de la violencia que impera en el país. Si esto arrojan los medios, evidentemente, la cifra real, sumando, ha de ser mucho mayor.
Insisto en el tema, ya que una de las razones por las que asumo, el pueblo de Guatemala lo eligió como Presidente, es para minimizar estos datos, para devolverle un poco la tranquilidad a la población. Esa fue su mayor promesa, “seguridad”. Aunque muchas de estas muertes, la mayoría, ocurren en la capital y en zonas denominadas rojas, no pueden ser atribuidas totalmente a las pandillas. Muchos casos son producto de la irresponsabilidad y la violencia que se vive en los hogares y centros de estudio y de trabajo. A la ausencia o irresponsabilidad de las autoridades. Habría que sumar acá quienes mueren por ser atendidos en los hospitales. Siga sumando.
La desesperanza aumenta en la gente joven. No hay muchas expectativas sobre una vida mejor, la educación como lo mencioné en la columna anterior es débil por no decir mala. Basta darse una vuelta en muchas escuelas y ver las condiciones en las que se encuentran, cosa que evidentemente no les preocupa y que se acentuará el próximo año en enero, en donde muchos niños y adolescentes más no podrán estudiar.
Y cuando menciono esto no puedo olvidar sus gestos “cariñosos” junto a los de otros candidatos y las imágenes de personas de su equipo rodeados de niños. Que estampa tan bonita y tan alejada de la realidad por no decirle falsa. Los niños en este país están desprotegidos, muriendo de desnutrición, migrando, sin atención ni cuidado, sus derechos se vulneran día a día, la inversión para ellos es mínima mientras su salario es uno de los más altos de la región latinoamericana, que ironía.
Su tiempo vale oro ahora, y la vida de la niñez guatemalteca mucho más, por favor no haga caso omiso de estas cartas y trabaje duro, aún le queda tiempo para hacer algo y para darle a la niñez y juventud la Guatemala que se merecen. Ordene su gobierno, quéjese menos. Yo no he visto en este tiempo ni cabeza ni corazón cuando de niñez se trata. Tendremos más impuestos, que se vean reflejados en ellos, ellos no votaron por usted (legalmente), pero lo recordarán toda la vida, lo que les dure la vida a muchos de ellos, por todo lo que no hizo, teniendo la oportunidad.