Madrid/Tallin
DPA
El Atlético de Madrid arranca una de las temporadas más ilusionantes de su historia con uno de sus mayores desafíos de siempre: enfrentar a su vecino Real Madrid en una final europea.
El duelo del miércoles en Tallin, Estonia, por la Supercopa de Europa, marcará el comienzo oficial de la temporada para el conjunto entrenado por Diego Simeone, que cuenta con una de las mejores plantillas de su historia.
El club rojiblanco está dando forma a uno de los proyectos más ambiciosos en el fútbol español después de una excelente combinación que logró, por un lado, retener a sus pilares fundamentales, y por el otro, cubrir las bajas con buenos remplazos y reforzar el equipo con interesantes apuestas.
Cuando parecía que la estrella Antoine Griezmann partiría rumbo al Barcelona, finalmente el Atlético logró convencer al campeón del mundo francés, que esperaba además que el club le rodeara de más talento todavía.
Los madrileños lograron repeler las tentaciones de varios equipos sobre otros de sus referentes, como los zagueros uruguayos Diego Godín y José María Giménez o el arquero esloveno Jan Oblak, mientras que los canteranos mediocampistas Koke Resurrección y Saúl Ñíguez siguen afianzándose como ídolos de la hinchada rojiblanca.
Alguna baja sí que se produjo: el capitán Gabi Fernández decidió iniciar su camino a la jubilación marchándose a Catar y el lateral croata Sime Vrsaljko se marchó al Inter de Milán. Pero en ambos casos llegaron nombres igualmente prometedores como el mediocentro español Rodrigo Hernández, quien brilló en la pretemporada, y el colombiano Santiago Arias.
El sector más ofensivo, en el que la potente dupla Griezmann-Diego Costa arranca como titular, se vio reforzado con contrataciones como la del goleador croata Niko Kalinic y del agresivo volante francés Thomas Lemar. A ellos se unen los fichajes del rápido extremo portugués Gelson Martins y del arquero Antonio Adán.
Aunque estos grandes refuerzos se producen después de un periodo de sanción del Atlético en el que no pudo fichar y perdió algunos nombres, por lo que están más que justificados, lo que produjeron fue un aumento de la ilusión de sus hinchas sobre las posibilidades de los rojiblancas para esta temporada. Y con ello, parece subir también la exigencia alrededor del equipo de Simeone.
«Desde que llegamos la exigencia siempre nos la hemos puesto nosotros, más allá de lo que opine la gente, más exigentes que nosotros no hay nadie», aseguró al respecto el entrenador argentino.
«Siento que el club sigue creciendo fuertemente y es determinante para el crecimiento del equipo. Hay evidencias, como el estadio, la capacidad de acercarnos con originalidad, a competir con los mejores. Nos genera entusiasmo y se abre un año con muchas expectativas para la gente del Atlético de Madrid», añadió.
En el horizonte asoma una final de la Liga de Campeones que se jugará en la flamante casa del Atlético, el Wanda Metropolitano. Pero para llegar allí aún hay un largo trecho.
Antes, el fútbol le ofrece este miércoles al Atlético una gran oportunidad y un enorme reto para comenzar poner a prueba su proyecto.
Enfrentarse a su vecino y eterno rival, el Real Madrid, siempre resulta todo un desafío para los rojiblancos y especialmente en finales. En 2013, ya con el «Cholo» al frente, logró la gesta de imponerse a los blancos en el Santiago Bernabéu en la final de la Copa del Rey. Sin embargo, sus últimos cruces europeos fueron conquistados por los madridistas.
Dos de esas ocasiones, en 2014 y 2016, fueron además finales de la Liga de Campeones en las que los de Simeone quedaron a las puertas de su primer título, por lo que ahora esperan poder tomarse su propia revancha arrebatándole la Supercopa en Tallin.