VUELVEN A SU CASA A LAS MISMAS CONDICIONES DE POBREZA

Casi tres meses transcurrieron para que Nazario volviera a ver a su pequeña hija de cinco años desde que, en mayo pasado, la aplicación de la política de Tolerancia Cero la arrancara de sus brazos, su deseo era llegar a Estados Unidos y que su familia se pudiera superar, pero lejos de eso encontraron desesperación por la separación.

Junto a la pequeña que nació en Huehuetenango, llegaron otros niños también separados bajo las mismas condiciones. Ahora corren y ríen, tratando de olvidar el tiempo que permanecieron lejos de los suyos, como si todo hubiera sido una pesadilla solamente.

Por Grecia Ortiz y Margarita Girón
lahora@lahora.com.gt

Nazario, su esposa además de su madre y otros familiares viajaron el pasado 6 de agosto desde San Juan Chicoy Huehuetenango, llegaron contentos porque sabían que la espera había finalizado y se reunirían con la pequeña niña que dejaron de ver en junio.

Aunque tenían la ilusión de verla cuanto antes, el abrazo tuvo que esperar, todos los niños que retornaron venían en un vuelo comercial, mientras en otro sitio los padres de familia esperaban a verlos; el encuentro ocurrió al mediodía del 7 de agosto.

Por la tarde, retornaron a las instalaciones de Casa del Migrante de los Misioneros Scalibrianos en la zona 1, ahí un grupo de colaboradores, le dieron la bienvenida a la familia ya reunificada.

Luego de un almuerzo que les ofrecieron en el lugar, Nazario aceptó una entrevista con La Hora Voz del Migrante.

El entrevistado relató que el 16 de mayo cuando llegaba junto a su niña a la frontera, ambos fueron separados, no le explicaron las razones solo le dijeron que había llegado en un “mal momento”.

TRABAJA EN LA AGRICULTURA Y QUERÍA UN FUTURO DISTINTO PARA SU FAMILIA

Al explicar los motivos de la migración no duda en responder, “usted sabe que aquí en Guatemala no tenemos terrenos, casas, no tenemos como trabajar y yo por eso decidí irme para Estados Unidos porque pensaba en un futuro mejor para mis hijos”. El huehueteco se ha dedicado por años a la agricultura.

Por momentos la niña corría y jugaba con burbujas sin perder de vista a sus padres y luego escuchaba con atención lo que su papá conversaba.

A los tres días de estar separados, su hija ya se encontraba en Nueva York, sin embargo, él no lo sabía y cada día detenido era como una tortura, así transcurrió el mes que permaneció en un centro de detención.

“No tenía como llamar, mi familia ya sabía porque una trabajadora social les aviso en donde la tenían y yo me ponía a llorar por mí nena porque vea que ella tiene cinco años y seis meses. Yo vine el 19 de junio, después ya logramos saber de ella, pero se ponía a llorar y a mí me daba mucho sentimiento escucharla”, explicó.

Del encuentro, comentó que todos se sienten felices y completos porque entiende que abandonar a su familia fue un momento triste y duro, no solo para él sino para todos.

Nazario enfatizó en que, si no existiera necesidad en las familias, no hubiera ninguna necesidad de dejar Guatemala.

“Si no hubiera necesidad no nos fuéramos, para que nos vamos a ir, aquí estuviéramos con recursos y todo no tendríamos por qué movernos de nuestro lugar y es por eso que yo decidí a irme quería algo mejor, solo eso quería”, dijo.

SIN LEER NI SABER ESCRIBIR, ASÍ ES LA VIDA DE NAZARIO EN HUEHUETENANGO

De nuevo la pequeña llama a su padre, le pide que juegue con él “ahorita voy mijita”, dice mientras prosigue conversando con La Hora Voz del Migrante.

Saber que ella se ponía triste, la idea y lejanía, lo agobiaba, por eso prefería no hablarle porque tenía miedo de que se enfermara, por ello solo pensaba en que en algún momento se reunirían de nuevo, tenía fe en Dios, afirma.

“Ahora Dios nos ayudó y por eso venimos a traerla todos. Nosotros nos vamos temprano a la casa, hoy -7 de agosto- nos vamos a quedar aquí posando y ya mañana temprano nos vamos”, indicó.

Del futuro, no sabe que es lo que pueda suceder, pero tiene claro que por la deportación que sufrió debe esperar un tiempo para intentar retornar a Estados Unidos, esta vez asegura que lo hará por la vía regular con una visa.

No tiene familia en Estados Unidos y por primera vez había intentado migrar, aunque muchos de sus vecinos ya lo habían hecho antes.

“A mí me agarraron en San Diego y ya después me trasladaron a Arizona y ya después nos mandaron para acá”, refirió.

Finalmente, el entrevistado agregó que no espera que su vida cambie mucho, no tiene estudios de ningún tipo, no sabe leer y tampoco escribir, “yo no sé nada, una persona que no sabe hablar aquí en Guatemala tiene menos esperanza de encontrar algo más yo no quería esta tristeza, solo pensaba en otro futuro”, puntualizó.
Posterior a que la entrevista finalizará, Nazario se despidió y volvió junto a su niña quien lejos de lo que vivieron solo reía jugando con las mismas burbujas.

LOURDES TAMBIÉN SE REUNIÓ CON SU HIJO

Además de este caso, Lourdes Marianela De León, otra de las guatemaltecas afectadas también se logró reunir con su niño de seis años, ellos fueron separados el 12 de mayo, ese día ella aún bañó y vistió al infante, nunca imaginó el sufrimiento que vivirían lejos.

Originaria de San Marcos, su historia tampoco es distinta a la del huehueteco, ella quería vivienda para su familia y pensaba que al migrar y trabajar lo lograría, pero estaba segura de que sin su hijo no podría vivir, desde entonces y con la coincidencia de la política de Tolerancia Cero, su vida dio un giro de desesperación que solo acabo recientemente.

NIÑOS Y ADOLESCENTES FUERON REUNIFICADOS EN GUATEMALA

Alrededor de 16 menores de edad comprendidos entre los 5 y 17 años regresaron a Guatemala para reencontrarse con sus familiares luego de ser deportados desde Estados Unidos. Tres de ellos habían sido separados en la frontera sur de ese país como parte de la aplicación de la política migratoria Tolerancia Cero.

De acuerdo a la información brindada por la Procuraduría General de la Nación (PGN), la institución se encargó del resguardo de los menores, así como de los trámites legales para que los niños migrantes fueran devueltos a su familia al ingresar al país.

De los 16 menores de edad retornados, Cancillería indicó que nueve de ellos fueron retornados desde Estados Unidos y siete desde México.


DECENAS AÚN ESPERAN RETORNAR

Según la Dirección General de Migración, entre enero y julio de este año, 301 menores de edad han retornado al país, luego de ser deportados desde Estados Unidos.

Actualmente, 2 mil 276 menores guatemaltecos se encuentran en Estados Unidos tras la aplicación de la política migratoria de “Tolerancia Cero”, esperando ser retornados para reencontrarse con algún familiar en Guatemala mientras que 56 menores han sido reunidos con familiares, según el Minex.

Los menores de edad fueron recibidos también por la primera dama, Patricia Marroquín de Morales.

Mientras que Cancillería informó que desconoce el dato real de guatemaltecos en condición migratoria irregular en Estados Unidos; según argumentaron, los migrantes no se identifican por miedo a ser deportados.

LAS CONSECUENCIAS DE TOLERANCIA CERO

Desde la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, la política migratoria se ha endurecido. Uno de los objetivos del mandatario estadounidense ofrecidos en su campaña electoral, ha sido minimizar la entrada ilegal de migrantes a Estados Unidos.

Recientemente, el presidente Trump declinó la medida de separar familias de migrantes detenidos en Estados Unidos, luego de ser criticado por la política migratoria de Tolerancia Cero, que separó a decenas de familias que fueron capturadas en la frontera Sur de los Estados Unidos.

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