Lic. Douglas Abadía Cárdenas
douglas.abadia@gmail.com
Continuando con las reflexiones acerca de los partidos políticos guatemaltecos podemos indicar que la participación política de la juventud debe de jugar un papel central en las agendas partidarias y gubernamentales, para que las y los jóvenes retomen su papel activo dentro de la vida política del país. El participar en política no representa una prioridad para la mayoría de jóvenes, además de que la deslegitimidad de la mayoría de instituciones políticas y la inercia histórica de la guerra interna afectan en gran medida cualquier intento de participación que pueda haber.
Se puede comprobar el hecho de que se repiten los patrones en cuanto a la participación de la mujer, puesto que tanto a nivel de afiliación, como a nivel de voto, las mujeres participan menos que los hombres, hecho que apoya la aseveración que se hace en algunos ámbitos con respecto a la juventud, a saber, que los jóvenes simplemente imitan los patrones aprendidos en la sociedad.
El orden impuesto por la fuerza dentro del caudillismo ha quedado como herencia.
Además, ciertas características “caudillescas” prosiguen hasta la actualidad. El caudillo, que buscaba gloria y poder, intentaba con sus obras ganarse la simpatía de la población y desprestigiar al máximo al anterior gobernante; así, reorganizaba el gobierno a su antojo y consideraba como malo todo lo que el gobernante anterior hubiese hecho. Hoy en día, muchos gobernantes desprestigian aquello gestado por sus antecesores y lo abandonan, buscando el propio beneficio, o tal vez como una estrategia para su obligada participación en las siguientes elecciones.
Los partidos políticos organizados alrededor de una figura son la mayoría, mientras que son muy pocos los organizados alrededor de una ideología, de una visión de país, de un programa de gobierno.
Es indispensable que la ciudadanía organizada contribuya en la consolidación del sistema de partidos políticos. Estos son el foro por excelencia para discutir la conducción del Estado desde la perspectiva general, sin atender a intereses específicos, sino a la voluntad social en general. El hecho de que no hayan siempre cumplido con este papel no significa que dichos escenarios no deban existir. Más bien si desaparecen, morirá un espacio de representación ciudadana que es fundamental en la Democracia, el espacio donde se lucha por alcanzar el bien común y no solo el de un grupo de interés particular.
Después de aproximarnos a comprender cómo se han comportado los partidos políticos en la última década, queda finalmente recomendar la institucionalización de los partidos políticos en el país, además de ponerles mucha atención por parte de la ciudadanía; pues nos agrade o nos desagrade de los partidos políticos es de donde salen los dirigentes de la nación, los funcionarios públicos, razón entre otras por lo cual debemos dedicarle atención a estas instituciones de derecho público que constituyen una parte fundamental del funcionamiento de la democracia.