Ciudad del Vaticano,
Agencia dpa
El Papa Francisco celebró hoy una Misa especial dedicada a los migrantes y refugiados en la que denunció la «hipocresía estéril» de quienes se niegan a ayudarlos.
Francisco encabezó una Misa en la Basílica de San Pedro al que asistieron más de 200 personas, entre ellos personas rescatadas del mar y representantes de organizaciones que los ayudan.
El Señor condena «la hipocresía estéril de quienes no quieren ensuciarse las manos» y dan la espalda «a aquellos que tienen derecho, igual que nosotros, a la seguridad y a una vida digna».
Esta hipocresía «crea muros, reales o virtuales, más que puentes», cuando «ante los retos de los movimientos migratorios contemporáneos la única respuesta razonable es una de solidaridad y misericordia». En referencia a los migrantes, Francisco les pidió que «sean testigos de esperanza en un mundo cada vez más preocupado del presente, con poca visión de futuro y reacio a compartir».
También les pidió que continúen en la senda de la integración «respetando la cultura y las leyes del país que les acoge».
A comienzos de mes, el Vaticano anunció la Misa especial para celebrar el quinto aniversario de la visita de Francisco a Lampedusa, la isla italiana a donde hizo su primer viaje oficial como Papa y uno de los lugares más afectados por la llegada de migrantes en el Mediterráneo.
El Papa, hijo de migrantes italianos a Argentina, se ha pronunciado con frecuencia por los derechos de los migrantes, urgiendo a los Gobierno a una mayor apertura frente a ellos.