POR VIRGINIA CONTRERAS
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Nunca antes en la historia de la humanidad hubo tantos jóvenes como ahora. Estimaciones de las Naciones Unidas indican que existen mil 800 millones de personas entre 10 y 24 años en todo el mundo, y solo en Guatemala unos 5.2 millones, que representan a más de un tercio de la población guatemalteca. De este importante grupo depende que la sociedad avance hacia un mejor futuro, o por el contrario, retroceda. Esta es la visión de analistas sobre las inversiones que requiere esta población.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) recientemente presentó el informe “El poder de 1,800 millones, los adolescentes, los jóvenes y la transformación del futuro”, el cual destaca que actualmente alrededor del mundo existen mil 800 millones de personas entre 10 y 24 años, el número más alto en la historia de la humanidad de personas comprendidas en estas edades.

En Guatemala la mayoría de la población es predominantemente joven. Atendiendo a lo que indica la reciente edición del Estado de la Población Mundial de UNFPA, en el país actualmente hay 15.9 millones de habitantes, de estos 5.2 millones son jóvenes de 10 a 24 años.

Los jóvenes son agentes, beneficiarios y víctimas de los grandes cambios en la sociedad, y además, constituyen un recurso humano importante para el desarrollo económico y la innovación tecnológica.

Sin embargo, se debe partir de la realidad del país, en donde la juventud encara grandes problemas y necesidades que no han sido atendidas de forma integral por el Estado y la sociedad en su conjunto.

Repo6_tablaINVERSIONES CLAVE

Justo Solórzano, especialista de protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), destacó la importancia de invertir en los jóvenes, porque de ese grupo depende el futuro económico, social y cultural del país.

Sin embargo, el panorama no parece positivo porque, según Solórzano, de cada diez adolescentes, solo tres tienen acceso al sistema educativo, mientras que los otros siete que no están dentro de un aula, posiblemente se encuentran en un trabajo informal, migrando hacia Estados Unidos o reclutados por las pandillas juveniles.

Además, señala que en la medida en que los derechos de la niñez no sean tomados en serio, no se logrará dar un salto cualitativo y cuantitativo como país. “El capital humano de este país es muy rico y los adolescentes deberían de tener una orientación educativa, cultural y deportiva, en donde existan espacios que permitan explotar sus capacidades, con el fin de mantenerlos en el país. Hay un grupo de personas adolescentes y jóvenes que quieren sacar adelante a su país, pero no encuentran las oportunidades necesarias para hacerlo”, dijo.

Al respecto, un estudio de las Naciones Unidas indicó que de los 232 millones de migrantes internacionales en 2013, algo más del 12 por ciento del total lo constituyeron jóvenes de entre 10 y 24 años. La mayor parte de ellos migraron de un país en desarrollo a otro.

Una cifra no determinada de menores migrantes no acompañados, procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras se encuentra ahora en Estados Unidos en una situación migratoria irregular; se sabe que miles fueron en busca de sus padres, la mayoría también indocumentados.

El estudio señala que la búsqueda de empleo y medios de vida dignos son la principal motivación para la migración, así como la búsqueda de seguridad, una vida libre de violencia y la esperanza de obtener una buena educación.

Del mismo modo, Mario Sánchez, psicólogo en temas de la juventud, refiere que al ser la mayoría de la población joven, sus derechos son especialmente vulnerados, por lo que se debe invertir en la juventud para reducir las brechas que existen en cuanto a este tema.

Sánchez indica que, según estudios a nivel internacional, Guatemala es uno de los países que menos invierten en la niñez, la adolescencia y la juventud. Agrega que la poca inversión es del 3% del PIB en cuanto a programas y proyectos de este tipo.

_Repo6_2EDUCACIÓN Y SALUD REPRODUCTIVA

Verónica Simán, representante de UNFPA en Guatemala, indica que en el país existen diversos problemas latentes como la deserción escolar, el embarazo adolescente y el matrimonio a temprana edad, que en su mayoría es un matrimonio forzado.

De acuerdo a Simán, hay estudios que demuestran que el mejor protector contra el embarazo adolescente es mantener a las niñas en la escuela. Ya que este contexto las mantiene libres de peligro y les proporciona las herramientas para tener éxito en la vida. Además, señala que en la medida en que la población logre mayores niveles educativos el país se beneficia, porque contribuye a que sea más atractivo para que nuevas empresas abran sus puertas y se generen empleos.

Agrega que otro factor importante es la educación integral sobre sexualidad, puesto que con ello se pueden construir proyectos de vida de forma gradual. Asimismo, resalta la importancia de la salud sexual y los derechos reproductivos, para que los y las adolescentes tengan información y acceso a servicios de salud.

La experta señala que entre las limitantes en términos de información y educación hay diversos factores que tienen un rol que jugar y entre ellos está la familia. A criterio de Simán, es necesario crear espacios para abordar esta temática con los adolescentes y jóvenes. Asimismo, indica que es necesario que estos temas se aborden en la escuela, porque no siempre son tratados por los padres.

Por su parte, Mario Sánchez coincide en que el tema de integridad y sexualidad es necesario abordarlo en las escuelas, pero agrega que el embarazo en adolescentes es efecto de la violencia sexual, por lo que en la medida que haya educación y que las niñas aprendan sobre sexualidad esta situación cambiará.

Justo Solórzano menciona que en la actualidad hay 160 casos diarios de adolescentes embarazadas, de estas algunas tienen entre 10 y 12 años, lo que indica claramente que existe un problema de educación sexual y de acceso a la salud reproductiva.

El experto destaca que se debe empoderar a las niñas, pues estudios realizados en otros países resaltan que el desarrollo de un país aumenta al empoderar a las mujeres.

Solórzano al igual que Simán, considera de gravedad el matrimonio infantil, porque se considera forzado. En este sentido señala que existe una propuesta en el Congreso de la República para aumentar la edad del matrimonio a los 18 años, como se establece en la mayoría de los países de occidente. Sin embargo, no se le ha dado el seguimiento necesario, por lo que se necesita de mucha voluntad política para apoyar el tema de las niñas y las adolescentes en distintas áreas del desarrollo.

Con respecto a este tema, las estadísticas presentadas en la Primera Encuesta Nacional de Juventud en Guatemala (ENJU 2011), indican que uno de cada diez hombres y dos de cada diez mujeres de entre 15 y 29 años están casados. Además, resaltan que las prácticas sexuales de 1 millón 867 mil 504 jóvenes han tenido como consecuencia el embarazo para el 61.7%, en donde 8 de cada 10 no poseen ningún nivel de estudios.

BONO DEMOGRÁFICO

Antonio Cámara, investigador del Centro de Estudios Demográficos de Barcelona, conoce la situación de Guatemala y cree que se debe prestar atención al bono demográfico.

El analista explica que el bono demográfico del factor poblacional es un término económico que surgió a finales de los años 90, y deriva de la combinación de factores poblacionales y demográficos que pueden incidir en el crecimiento económico del país, particularmente en la vía de las inversiones estratégicas en cuanto a capital humano.

Cámara afirma que el concepto se concibe en dos partes principales. La primera es la demográfica poblacional y se expresa cuando en un país existe población mayoritariamente en edades productivas, y en proporciones se encuentran las poblaciones no productivas, como los niños o ancianos. En este sentido, Guatemala tiene una estructura demográfica favorable para el crecimiento económico, puesto que se reducen las inversiones en educación de niños y asistencia a personas mayores.

La otra parte es la estructura económica del país, porque para hacer las inversiones estratégicas debe contarse con los recursos, economía dinámica, ciertos niveles de productividad, etcétera. En este sentido es más fácil que se dé la estructura demográfica, puesto que todos los países después de haber vivido una transición demográfica pasan por una fase de bono demográfico, pero en función de las políticas públicas que se adopten.

Cámara afirma que el bono demográfico puede incidir positivamente en el país, si se invierte en educación secundaria y superior, para combatir la precariedad en cuanto al empleo juvenil y la reducción del sector informal. De hacerse las políticas correctas, la estructura demográfica actual del país es perfecta y lo será más de aquí al 2032, pero eso requiere de inversión en la población joven.

El investigador resalta que de no actuar ahora se avecinan problemas, pues se podría dar el caso de haber un vasto volumen de personas en edades productivas que no contribuyen de ninguna manera con el desarrollo del país.

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Mario Sánchez explica que el país tiene la capacidad para enfrentar las limitantes que agobian a los jóvenes, pero para ello es necesario que la sociedad civil y el gobierno limen asperezas y dejen de lado el protagonismo para hacer una mesa integrada por diferentes sectores que estén interesados en darle respuesta a este tema.

Sánchez señala que entre las debilidades a las que se enfrenta la juventud es que no existe una ley de juventud. De manera que se hace más difícil visibilizar la problemática que les afecta. Agrega que en la medida en que la juventud sea reconocida y que la sociedad sea menos adulto céntrica, los temas de juventud serán atendidos y habrá mayor inversión.

De igual forma, Justo Solórzano manifiesta que es necesario tomar en serio los derechos de la juventud e invertir en los temas de educación y salud. Además de los programas sociales, porque está demostrado que a través de este tipo de programas se puede disminuir las inequidades, pero estos deben estar dirigidos a quienes más lo necesiten.

En conclusión, el modo en que sean abordadas las necesidades y aspiraciones de los jóvenes determinará el futuro común. Partiendo de este punto, la educación es fundamental, ya que los jóvenes deben adquirir destrezas y conocimientos pertinentes en la economía actual que les permitan convertirse en innovadores, pensadores y solucionadores de problemas. En este sentido, también son esenciales las inversiones en salud, incluida la salud sexual y reproductiva.

Justo Solórzano, especialista de protección del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), destacó la importancia de invertir en los jóvenes, porque de ese grupo depende el futuro económico, social y cultural del país.

El estudio señala que la búsqueda de empleo y medios de vida dignos son la principal motivación para la migración, así como la búsqueda de seguridad, una vida libre de violencia y la esperanza de obtener una buena educación.

Verónica Simán, representante de UNFPA en Guatemala, indica que en el país existen diversos problemas latentes como la deserción escolar, el embarazo adolescente y el matrimonio a temprana edad, que en su mayoría es un matrimonio forzado.


EN CIFRAS

1,800 millones de
jóvenes en todo el mundo

5.2 millones de
jóvenes en Guatemala

60
casos diarios de adolescentes embarazadas

61.7%
embarazos entre 1.8 millones de jóvenes

8
de cada 10 no poseen ningún nivel de estudios.


INVERSIONES CLAVE

Fase 1
Para reducir la mortalidad en la niñez
* Vacunación infantil
* Atención primaria de la salud
* Saneamiento
* Agua potable

Fase 2
Para empoderar a las niñas deben ofrecerse oportunidades
* Educación secundaria
* Educación sexual integral
* Acceso a información, servicios y suministros de salud sexual y reproductiva, incluidos los anticonceptivos

Fase 3
Para estimular el crecimiento económico debe generarse empleo para los jóvenes
* Gestión macroeconómica
* Apertura comercial
* Buena gobernanza
* Buen funcionamiento de los mercados laboral y financiero

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