Rostov del Don, Rusia
DPA
La fase definitiva del Mundial arrancará mañana con los octavos de final y con ella llegará la emoción de posibles tandas de penales si los equipos no consiguen sacarse diferencia.
«Tiros desde el punto penal», es el nombre formal que utiliza la FIFA para describir la tanda de tiros que produce héroes que marcan o atajan, y villanos que erran goles.
Más allá de lo que ocurra, los 16 equipos llegan con una suerte de consuelo: no tendrán que enfrentar a Alemania, que nunca perdió una definición desde los 12 pasos en un Mundial. Quizá porque los penales son un invento alemán.
En efecto, el hombre al que se da crédito como creador de los penales hace 40 años es un antiguo peluquero y árbitro de Fráncfort, Karl Wald, que murió en 2011.
«Siempre creí que estaba en lo correcto», dijo Wald. «Es la única manera de encontrar un verdadero resultado deportivo. Todo lo demás no era una solución», expresó alguna vez.
¿Qué habría dicho el germano del criterio de «fair play», con el que Japón avanzó a la segunda ronda por tener menos tarjetas amarillas de Senegal?
Mucho antes, en todo caso, los partidos que terminaban empatados después del tiempo extra se decidían por un sorteo.
Wald, que recibió su licencia en 1936 y dirigió más de 1 mil partidos en 10 años, encontró resistencia inicial a su idea, por ejemplo de la Federación de fútbol de Baviera en 1970.
Pero la mayoría de delegados estuvo al final a favor, lo que provocó que la Federación alemana de fútbol siguiera el ejemplo, luego la UEFA y, ya en 1976, la FIFA.
El resto es historia: la Eurocopa de 1976 como primer gran torneo en definirse por penales, cuando Alemania perdió con Checoslovaquia. Le siguió la semifinal del Mundial de España 1982, que dio la revancha a los germanos ante Francia en las semifinales.
Los alemanes nunca más perdieron una definición por penales, pero paradójicamente no podrán ratificar su fortaleza tras caer eliminados en la primera fase de grupos.
Desde entonces hubo 26 definiciones entre 1982 y 2014, aunque la final del torneo solo se dirimió dos veces así, en 1994 y en 2006.
Los penales agregan drama, humanizan el fútbol: hasta los grandes jugadores se llenan de nervios camino al punto blanco, algunos incluso fallaron.