Por COLLEEN BARRY y FRANK JORDANS,
MILÁN
Agencia AP

Un barco de rescate que estuvo en el mar durante seis días podrá atracar en Malta y los más de 200 migrantes a bordo serán repartidos entre ocho países de la Unión Europea, anunció hoy el primer ministro maltés, con lo que puso fin al segundo estancamiento en las últimas semanas en torno a la suerte de personas rescatadas en el mar mientras crece la resistencia política a recibirlas.

El primer ministro maltés, Joseph Muscat, dijo que el barco Lifeline Mission será confiscado y su tripulación investigada por presuntas operaciones ilegales, como violar los protocolos de rescate y operar sin licencia. Las personas rescatadas frente a la costa libia serán investigadas para determinar si merecen asilo político o si son migrantes económicos, en cuyo caso serán devueltos a sus países.

Muscat expresó que Malta no tenía la obligación legal de actuar porque el rescate se produjo en aguas libias, pero que decidió hacerlo «antes de que la situación se agrave hasta volverse una crisis humanitaria».

Los ocho países que recibirán a los migrantes son Francia, Italia, Luxemburgo, Portugal, Irlanda, Holanda, Bélgica y la propia Malta.

Aunque Muscat destacó que se trataba de un caso singular debido a las presuntas violaciones de la ley por la tripulación, la negativa de Italia y Malta de abrir sus puertos –y los regateos entre los estados de la UE acerca de la distribución de los migrantes– revelan un endurecimiento de las posiciones en vísperas de una cumbre donde se prevé que la política de migración será el tema principal.

Otro barco con 630 migrantes a bordo tuvo que navegar 1 mil 500 kilómetros a España después que Italia y Malta se negaron a recibirlo.

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