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Coventry (Reino Unido)
Agencia (dpa)

El Partido Laborista británico, el principal de la oposición, quiere una «nueva y amplia unión aduanera» tras la salida del país de la Unión Europea («Brexit»), anunció hoy su líder, Jeremy Corbyn.

Esa postura laborista podría acarrear nuevos problemas al Gobierno de la conservadora Theresa May, quien tiene una ajustada mayoría en el Parlamento y descarta una futura unión aduanera con la Unión Europea (UE).

May dará un discurso sobre el «Brexit» el viernes y un día antes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se reunirá con ella en Londres para conocer de primera mano sus planes.

En el discurso de hoy, May se mostró a favor de una «nueva y fuerte relación» con el mercado común europeo y criticó que 20 meses después del referéndum sobre el «Brexit», en el Gobierno todavía no haya unidad respecto a cómo debe llevarse a cabo.

Los planes de May podrían fracasar en el Parlamento tras Semana Santa. En su Partido Conservador hay algunos rebeldes que quieren vincular por ley al Reino Unido a la unión aduanera de la UE. Pretenden impedir así que la economía británica salga perjudicada y evitar la futura frontera entre la República de Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte. Si se unen a la oposición, esos rebeldes tendrían posiblemente mayoría frente al Gobierno.

El discurso de Corbyn suscitó fuertes críticas por parte del Gobierno. Según un portavoz del Ejecutivo, se mantiene la postura actual y en el futuro el Reino Unido no formará parte de la unión aduanera.

El ministro del «Brexit», David Davis, acusó a Corbyn de poner en riesgo puestos de trabajo y de dañar la salida del país del bloque. «El plan del ‘Brexit’ relegaría al Reino Unido a una colonia de la UE», tuiteó por su parte el ministro de Exteriores, Boris Johnson. Londres ya no podría recuperar el control sobre sus fronteras y su política comercial, señaló.

Los defensores del «Brexit» consideran que la salida del bloque ofrece al Reino Unido la posibilidad de suscribir acuerdos comerciales más ventajosos con terceros países que no son posibles dentro de la unión aduanera. Pero los críticos consideran que Londres tendrá que hacer importantes concesiones frente a países como Estados Unidos o China en cuestiones como los estándares de los productos.

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