Por SETH BORENSTEIN
WASHINGTON
Agencia (AP)

Algo extraño está sucediendo con una sustancia química ahora prohibida que destruye la capa de ozono que protege la Tierra: los científicos dicen que su presencia ha aumentado y desconocen de dónde viene.

Cuando se formó un hoyo en la capa de ozono sobre la Antártida, los países del mundo acordaron en 1987 eliminar gradualmente varios tipos de sustancias químicas nocivas para la capa de ozono llamadas clorofluorocarbonos (CFC). Se prohibió su producción, las emisiones disminuyeron y el tamaño del agujero se encogió poco a poco.

Sin embargo, a partir de 2013 comenzaron a entrar a la atmósfera emisiones del segundo tipo más común de la sustancia, señala un estudio publicado ayer en la revista Nature. La sustancia química, llamada CFC11, se utilizaba para fabricar espuma y desengrasantes, y también para refrigeración.

“Es la observación más sorprendente e inesperada que he hecho en mis 27 años” de mediciones, dijo Stephen Montzka, autor principal del estudio e investigador químico para la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

“Las emisiones hoy en día son casi las mismas que las de hace casi 20 años”, señaló.

Los países han reportado una producción casi nula de la sustancia desde 2006, pero el estudio encontró que se han emitido cerca de 13 mil toneladas métricas (14,300 toneladas) al año desde 2013. Algunas se escapan poco a poco de espumas, edificios y máquinas, pero los científicos indicaron que lo que están observando es mucho más que eso.

Las mediciones de una docena de monitores en todo el mundo dejan entrever que las emisiones provienen de alguna parte de China, Mongolia y las Coreas, según el estudio. La sustancia química puede ser un subproducto de otras manufacturas químicas, pero se supone que debe ser captada y reciclada.

O bien, alguien está fabricando el compuesto prohibido o sus subproductos y no los reporta como es requerido, señaló Montzka.

Un experto externo, Ross Salawitch científico atmosférico en la Universidad de Maryland, es más directo. Lo llamó una “producción deshonesta” y agregó que, si continúa, “la recuperación en la capa de ozono se vería amenazada”.

En la atmósfera, esa capa protege a la Tierra de los rayos ultravioleta que causan cáncer en la piel, daños en los cultivos y otros problemas.

La naturaleza elimina el 2% del CFC11 en el aire al año, así que las concentraciones de la sustancia en la atmósfera continúan disminuyendo, pero a un ritmo más lento debido a las nuevas emisiones, puntualizó Montzka. La sustancia química permanece en el aire cerca de 50 años.

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