Por agencia/dpa
Buenos Aires
Los Gobiernos de España, Alemania, Costa Rica y el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien hoy recibió el Premio Cervantes, se sumaron hoy al pedido para poner fin a la violencia en Nicaragua, tras una ola de protestas en la que murieron al menos diez personas.
Alemania, por su parte, condenó hoy el uso de armas en las protestas. «Llamamos a todas las facciones a renunciar de inmediato al uso de la fuerza», señala un comunicado emitido en Berlín. «Esperamos que el Gobierno de Nicaragua esclarezca sin demora y de forma cabal los casos de víctimas fatales», indicó Berlín en un comunicado.
También Costa Rica se plegó al reclamo e hizo un «llamado a la calma y retorno a la tranquilidad mediante el diálogo pacífico y efectivo» e instó «de manera respetuosa a todas las partes involucradas a la concertación en la búsqueda de una solución a este conflicto».
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, en tanto, reclamó hoy «cambios profundos» en el sistema electoral de Nicaragua y dedicó el Premio Cervantes que recibió en España a los asesinados en las fuertes protestas de los últimos días contra una polémica reforma al seguro social. «Yo aspiro a la paz, a que cese esta represión absurda contra la población civil», dijo Ramírez, vicepresidente de Daniel Ortega de 1985 a 1990.
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú habían emitido el domingo un comunicado conjunto en el que lamentaron los actos de violencia y realizaron «un urgente llamado a todos los sectores a deponer la confrontación y cesar los actos de fuerza», en especial a las fuerzas de seguridad, a las que pidieron «ejercer sus facultades con la mayor prudencia para evitar el excesivo uso de la fuerza y un escalamiento de la crisis».
Ese mismo día Washington condenó «la fuerza excesiva» y el uso de la violencia por parte de la policía en Nicaragua para contener las protestas. «Estados Unidos llama a un diálogo amplio que involucre a todos los sectores de la sociedad para resolver el actual conflicto, restablecer el respeto por los derechos humanos y lograr un futuro mejor y más democrático para todos los nicaragüenses», señaló un comunicado del Departamento de Estado.