POR ACISCLO URIZAR
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La Red de Cooperación Internacional de Salud considera que Guatemala afronta una situación crítica en cuanto al financiamiento de salud, ya que según la Organización Mundial de la Salud entre 2007 y 2012 el financiamiento público en promedio registró un 2.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del que solamente 1.02 por ciento corresponde al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MPSAS)
En tanto que el gasto del bolsillo de los hogares en dicho periodo ha sido en promedio de 3.78 por ciento del PIB.
Ante esta situación el país afronta un desafío importante de incrementar los recursos públicos para la salud de los guatemaltecos, según representantes de la Red de Cooperación.
Luis Roberto Escoto, representante interino de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) expresó que Guatemala es uno de los países de la región con el financiamiento más bajo en salud, lo cual redunda en la actual crisis que atraviesa el sistema de salud.
“El mayor financiamiento del sistema de salud en Guatemala es de bolsillo; es de los propios recursos del individuo, de la familia, están financiando la salud de la nación. Se requiere fortalecer el financiamiento desde la estructura del Estado y que los problemas de salud no sean una causa de empobrecimiento de la población”, expresó Escoto.
El representante de la OPS sugirió a las autoridades de gobierno que deben mejorar la eficiencia del financiamiento actual para fortalecer el sistema y también ejecutar los fondos que se destinan para ese rubro con transparencia, además de mejorar la red actual de servicios en todos los niveles.
“El hospital Roosvelt y el San Juan de Dios se encuentran con una presión y una carga muy grande, se ha venido proponiendo la posibilidad de construir hospitales más periféricos que pudieran contener la presión y la demanda”, comentó el experto.
Mientras que Alejandra Contreras, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) dijo que invertir en el primer nivel de atención generaría condiciones para eliminar los costos del tercer nivel, el cual lo constituyen los hospitales.
“Por ejemplo, un resfriado se puede atender de manera más económica en un puesto de salud con muy buena resolución y garantía para la persona en lugar de un hospital que se vuelve mucho más grande (económicamente)”, argumentó la entrevistada.
Contreras señaló que el Ministerio de Salud no ha tenido un financiamiento muy fuerte en la última década, ya que no pasa del 1% del PIB, lo cual es un monto muy pequeño tomando en consideración las necesidades tan grandes que tiene el país en esa materia.
La economista de Icefi recomendó que se debe hacer una mayor inversión en contratación de personal, así como en infraestructura e insumos, además de un análisis geográfico de las necesidades de comunidades rurales.