Por CÉSAR GARCÍA
BOGOTÁ
Agencia (AP)
El presidente Juan Manuel Santos se reunió ayer con el jefe del partido político de las desaparecidas FARC –Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”– y aseguró que el gobierno de Colombia brindará garantías jurídicas a uno de sus antiguos miembros, a quien Estados Unidos señala por narcotráfico.
Santos y “Timochenko” hablaron por más de una hora en el centro de Bogotá y tras la reunión el mandatario dijo en conferencia de prensa que destacó las evidencias en contra del exjefe guerrillero Seuxis Hernandez –alias de “Jesús Santrich”–, de 51 años.
“Tuvimos una reunión con el jefe y los principales comandantes del partido de las FARC”, dijo Santos. “Les reiteré que estamos todos los colombianos construyendo la paz y esa construcción de paz requiere los cumplimientos y el respeto por la ley, y en ese ordenes de ideas el acuerdo es muy claro: quien cometa un delito después de la firma del acuerdo final será sometido a la jurisdicción ordinaria”.
El mandatario agregó que una jurisdicción especial para dar seguimiento al proceso de paz deberá verificar si los cargos contra Santrich obedecen a hechos cometidos tras la firma del acuerdo en 2016.
Por su parte, “Timochenko” confirmó las declaraciones de Santos a través de su cuenta de Twitter y añadió que “las partes nos comprometimos a acelerar el proceso de implementación del acuerdo y crear mecanismos expeditos para la articulación y coordinación de los recursos humanos, técnicos y financieros”.
La situación se desató tras el sorpresivo arresto de Santrich el lunes pasado en la capital colombiana. Una corte de Nueva York lo acusa de haber conspirado con otras tres personas para enviar varias toneladas de cocaína a Estados Unidos. Se cree que el cargamento tendría un valor de hasta 15 millones de dólares y pudo haber alcanzado hasta 320 millones en la calle.
Santrich se unió a las FARC cuando tenía 20 años, ascendió de jerarquía gradualmente y fue uno de los primeros líderes rebeldes en apostar por la paz. Acudió a Noruega en 2012 para participar en las negociaciones con el gobierno de Colombia y siguió presente en el proceso que continuó durante los siguientes cuatro años en Cuba, donde se forjó una reputación como ideólogo conservador.