Alfredo Saavedra
Desde Canadá.- Las protestas contra la Guerra en Vietnam, hace 40 años, fueron recapituladas con los desfiles de gigantescas proporciones de la juventud en los Estados Unidos y Canadá, el 17 de marzo, conforme la coincidente opinión de importantes diarios y noticieros de televisión, de las dos naciones, donde la resonancia de esa demostración, movió de manera inusual a la opinión pública tomando mayor conciencia sobre la magnitud del repudio al armamentismo por las trágicas recientes consecuencias.
El lema predominante que dio nombre a las demostraciones con el denominador de “Marcha por Nuestras Vidas”, que sobre determinar una consigna, resume la preocupación de una juventud amenazada por el prospecto de perder la vida sin que llegue a consumarse el legítimo derecho del ser humano de alcanzar una existencia plena para integrarse a la evolución de la sociedad como un todo. También por la aspiración de mantener la unión familiar, quebrantada por la vesania de individuos, que se convierten en los peores enemigos de su propio entorno al hacerse poseedores de arsenales de armamento que utilizan para sus criminales fechorías, sin que el gobierno ejerza una política efectiva para el control de las armas y de quienes las utilizan.
Las protestas que solo en Washington, la capital del país, congregaron a 400 mil personas, añadiendo una proporción igual en las ciudades de Nueva York, Boston, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y otras, alcanzaron más de un millón de manifestantes con el aporte de Canadá, donde millares de ciudadanos manifestaron en las importantes ciudades de Toronto, Montreal, Halifax, Vancouver y otras, convirtiéndose en su totalidad la mayor presencia de jóvenes estudiantes, en los últimos tiempos.
Los rótulos de las pancartas fueron muy expresivos e hicieron blanco de forma concreta contra la American Rifle Association, una legendaria institución regida en cierto momento por el actor Charlton Heston, un personaje nefasto como agresivo procurador del armamentismo. Entidad ya desprestigiada entre la opinión pública pacífica estadounidense que ha condenado los procedimientos de esa organización que van desde las presiones políticas en los círculos parlamentarios, hasta el descarado soborno millonario a legisladores sin escrúpulos.
El contexto de rechazo a esos políticos se hizo patente en las pancartas como las que decían “Vote them Out” en clara referencia a los republicanos, deudores para con la ciudadanía de obedecer lo que el pueblo pide para el control de las armas. Eso ha puesto con los nervios de punta a los gubernamentales republicanos, que ante la proximidad de las elecciones de medio término temen perder el control de las dos cámaras, es decir el Congreso y el Senado, con lo que puede predecirse que comenzando por el presidente Trump y los dirigentes republicanos que peregrinan a su alrededor están temerosos que la influencia de la juventud los destrone y les dé a los electores la alternativa a otra opción de consenso con la demanda de terminar con el armamentismo, como lo expuso con valentía la estudiante de Parkland Florida School, Emma Gonzáles, en una impresionante oratoria durante la demostración en Washington, que reflejó el sentir de millones de jóvenes en ese país como se patentizó en la “Marcha por nuestras Vidas” plasmada en toda su magnitud con la filmografía de Preston Michael vista por millones de millones de participantes en las redes sociales.