Grecia Aguilera

Alguna vez Margarita Carrera le dijo a Jorge Luis Borges “¡Usted es Homero!”. Sorprendido por tal afirmación el escritor argentino le preguntó: “¿Y usted, quién es?”. Margarita pensando en Odiseo respondió “¡Nadie!”. Esta respuesta significa que en realidad ella ostentaba todo un cargamento de sabiduría. Margarita Carrera y mi señor padre don León Aguilera se admiraban mutuamente. Dentro de los artículos que ella le dedicó sobresale el titulado “Las Urnas de un León”, en una parte del mismo expresa: “León Aguilera es el canto vivo a la alegría de ser, de vivir, de estar en un tiempo y en un espacio milagroso… En sus cantos siempre surge la esperanza, la luz, el amor, el rítmico palpitar de un inmenso corazón que sabe del amor y de la poesía… León Aguilera hermano de Whitman, de Neruda, nos reta en cada una de sus Urnas del Tiempo a vivir, a ser, a respirar hondo en su poesía.” Y mi señor padre la describió así en este hermoso poema: “Amor va en una mariposa,/ pasa y se posa./ Amor es una mariposa/ sobre una rosa./ Amor se pincha en una espina,/ pasa y se posa,/ sangra por la herida divina/ en una rosa./ En el jardín arden claveles,/ el amor es dorado pensamiento,/ las mariposas sorben las mieles/ la dicha es de un momento./ Amor se va en una mariposa,/ pasa un momento,/ amor es una mariposa/ dejando herida pasional al viento.” Dentro del legado literario que nos dejó Margarita Carrera, mencionaré por ejemplo su libro titulado “Sumario del Recuerdo” en el que documenta sus memorias, su intensa vida entre los años de 1929 a 1981. Este volumen comienza con el terrible suicidio de su padre, antes de que ella naciera y del rechazo continuo de su madre. Una historia realmente dolorosa, pero Margarita logra salir adelante. Otro valioso libro que forma parte importante de la historia de los Derechos Humanos en Guatemala es el titulado: “En la Mirilla del Jaguar”, biografía novelada de Monseñor Juan Gerardi Conedera. De los libros de poesía de Margarita, el que más llama mi atención es el titulado en Latín “Iracundiae Dea” es decir ‘Diosa de la Ira’. Dentro de esta gema literaria, ella nos presenta una serie de poemas en los que exterioriza el profundo conocimiento que posee de la psique humana, revelando en cada palabra su yo interno, intrínseco, personal y taxativo. Margarita Carrera Molina nació en la Ciudad de Guatemala el 16 de septiembre de 1929 y falleció el 31 de marzo de 2018. Filósofa, poetisa, catedrática, ensayista y periodista fue la primera mujer graduada en Letras de la Universidad de San Carlos en 1957 y la primera mujer que hizo su ingreso a la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española en 1967. El Ministerio de Cultura y Deportes le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1996. Ella nació para defender la libertad, el amor y la justicia, respetando los valores y la dignidad de las personas; por ello creo que siempre nos entendimos muy bien con Margarita. Siento que nos conocimos en otra dimensión, quizá junto a los grandes filósofos griegos y romanos, o talvez cuando las horas hilvanaron el collar de Afrodita, o cuando fuimos felinas en el Antiguo Egipto. Por ello le escribí mi poema titulado “Nacimiento de Psique” que manifiesta: “Sócrates, Platón/ la divina Safo, Séneca, Cicerón/ Anaxágoras, Júpiter/ toda la mitología/ Íbico, Yocasta/ reencarnaron en Margarita Carrera./ Los grandes poetas/ la historia, el dolor/ la justicia, el amor/ todo, todo/ reencarnó en Margarita Carrera./ Del campo la flor/ ardiente, noble, íntima./ Su pétalo señala/ la inesperada respuesta/ de la implacable rueda/ de la fortuna/ Si… No…/ Si… No…/ Pétalos de incertidumbre/ en la inesperada respuesta/ en el Kalahari perpetuo de la vida/ en el instante del Nacimiento de Psique/ caravana que celebra/ el oasis de la sabiduría.”

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