Por Isaac Risco/dpa
Río de Janeiro
Luiz Inácio Lula da Silva parece tener contados sus días en libertad. El encarcelamiento del popular expresidente de Brasil en los próximos días sumirá al país aún más en la incertidumbre y la crispación política, ya que Lula da Silva era el claro favorito para ganar las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
La máxima Corte brasileña, el Supremo Tribunal Federal (STF), denegó en la madrugada de hoy un recurso especial de «habeas corpus» que era considerado como la mejor opción de Lula para evitar ir a prisión por una condena a 12 años por corrupción.
La votación de los 11 jueces se cerró con un ajustado voto de 6-5 tras casi 11 horas de deliberaciones. La Corte trataba sólo el recurso específico de Lula – el «habeas corpus» es un recurso individual presentado por una persona para evitar su detención -, pero giró también en torno a la efectividad de la Justicia y la práctica habitual de permitir a muchos acusados permanecer libres hasta el final definitivo de sus procesos.
«Después de la segunda instancia, la ejecución de la pena se convierte en una necesidad de orden público, para preservar la credibilidad de la Justicia», reclamó Luís Roberto Barroso, uno de los jueces que votó por rechazar el recurso.
Los fiscales del Caso «Lava Jato» («Lavado de autos») convirtieron el fallo incluso en un parteaguas para la enorme investigación sobre corrupción política que sacude a Brasil desde hace años.
El 4 de abril «puede entrar en la historia de Brasil como el día en que la propia Justicia siguió el camino del retroceso, de la ineficiencia del sistema penal y de la impunidad», escribió Deltan Dallagnol, uno de los fiscales de «Lava Jato» en Twitter antes del juicio.
Lula fue condenado el año pasado en primer grado y su sentencia fue confirmada en enero en segunda instancia. El exjefe de Estado, de 72 años, fue declarado culpable de haber aceptado como soborno la reforma de un apartamento de la constructora OAS a cambio de favorecerla en sus negocios con la estatal Petrobras. La petrolera está en el centro de los escándalos de «Lava Jato».
La Corte de apelación de segundo grado subió la pena de cárcel de nueve años y medio a 12 años y un mes. La defensa aún puede apelar en dos instancias superiores contra la condena, entre ellas ante el propio Supremo por posibles violaciones de derechos constitucionales del acusado, pero la prisión preventiva ya parece inevitable. En Brasil se estima que la emisión de la orden de arresto es cuestión de días.
Pero incluso en ese caso es posible que Lula no permanezca en prisión, sino que sea puesto temporalmente en libertad y quizá vuelva a entrar por una larga batalla jurídica de meses. El caso podría llegar hasta las elecciones de octubre y extenderse incluso hasta el próximo año.
El drama judicial de Lula seguirá por eso agitando a Brasil, un país convulso desde hace años por los escándalos de «Lava Jato».