Como corolario del incidente provocado torpemente al retirar a los investigadores de la Policía Nacional Civil asignados a la Comisión Internacional Contra la Impunidad, el Ministro de Gobernación envió un oficio al Comisionado Iván Velásquez para pedirle que en el marco del convenio que dio vida a la CICIG se proceda a investigar a las pandillas “ante la posibilidad de que estas operen en conexión con cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad que puedan estar incrustados en la Policía Nacional Civil, siendo así capaces de generar impunidad.”
Al margen de que si existen evidencias de esa “posibilidad” debieron ser puestas en conocimiento del Ministerio Público que es el ente encargado de la persecución penal, vale decir que tal afirmación ha sido un golpe severo a la moral de la institución policial, y se percibe el malestar de quienes están realizando operativos tan importantes como la captura de los posibles asesinos del expresidente de la Corte Suprema de Justicia; algunos agentes dicen a los periodistas que es importante que vean ese trabajo porque ellos no tienen nada que ver con las pandillas y grupos criminales.
Enero y febrero del año pasado fueron los meses con menos asesinatos en toda una década y ese resultado se tiene que reconocer a la anterior gestión en la Policía Nacional Civil y al removido Ministro de Gobernación, y entre otras cosas fue posible debido a que se mantuvo muy elevada la moral y el orgullo de los agentes de la PNC, al punto de que las mismas autoridades dijeron que no requerían del apoyo del patrullaje combinado con el Ejército y que eran capaces de cubrir las necesidades de la seguridad y continuar reduciendo la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes.
La remoción de esa cúpula de la Policía Nacional Civil fue ya un duro golpe para una institución que venía operando con alto grado de profesionalismo a partir de un mando formado en la institución y con los méritos y la mística para lograr los resultados que se pudieron observar, y que han hecho posible un reconocimiento social muy amplio al Comisario Nery Ramos y su equipo.
Pero esta sindicación formulada por el mismo Ministro de Gobernación ha lastimado mucho a la fuerza policial que no comparte la idea de que las pandillas operen con cuerpos y aparatos “incrustados” en la Policía. Evidentemente se siguen dando palos de ciego y el problema está en que cuando le peguen a la piñata no caerán dulces.