Acapulco, México
DPA
El argentino Juan Martín del Potro no puede ocultar su sonrisa: el sábado ganó el torneo de Acapulco tras batir a algunos de los mejores tenistas del mundo y se entusiasma con su presente y futuro en la temporada.
El regreso del argentino después de un incierto inicio de año no pudo ser más contundente. Ganó un torneo de categoría ATP 500 por primera vez desde 2013 y es su trofeo más «tempranero» en la temporada desde 2014.
«Después de levantar un trofeo tan importante y ganarle a tres ‘top ten’ a uno le da confianza, lo hace sentir bien eso, pero también tengo cosas por mejorar. Estoy pasando un lindo momento tenístico y me da mucho gusto poder encontrarme con salud», aseguró Del Potro tras imponerse en la final del balneario mexicano a Kevin Anderson, ocho del mundo.
«Representa muchísimo, en un Masters 100 para ser campeón hay que ganarle a unos tres top ten, y eso fue lo que hice aquí. Me marca el tenis que jugué esta semana. Desde el comienzo hasta el final ha sido fantástica tanto adentro como fuera de la cancha», añadió exultante.
El nueve del mundo coronó su mejor semana de 2018 en uno de los cuadros más complejos que Acapulco podía ofrecerle: eliminó a Mischa Zverev y al español David Ferrer en el inicio y después el argentino se encontró con Dominic Thiem, Alexander Zverev y Anderson en tres días consecutivos y venció a los tres dando muestras de solidez y un nivel muy alto de tenis.
Del Potro, de 29 años, había tenido un bajón tras un sorprendente regreso al circuito en 2016, cuando volvió después de una lesión de muñeca para ganar la plata olímpica en Río 2016 y celebrar la primera Copa Davis de la historia de Argentina. Sus resultados le hicieron saltar mil puestos en el ranking y acabó aquella temporada en el lugar 38.
En 2017, Del Potro fue de menos a más y culminó un año irregular con un Abierto de Estados Unidos que el nacido en Tandil calificó como «inolvidable»: triunfo ante Roger Federer en cuartos de final y derrota plantando cara ante un inspirado Rafael Nadal en la ronda siguiente.
Del Potro, ya en el top 20 a finales de 2017, regresó a los primeros diez a principios de este año después de tres temporadas fuera, aunque tuvo una actuación discreta en el Abierto de Australia, primer Grand Slam del año.
En Melbourne cayó en tres sets en la tercera ronda ante el checo Tomas Berdych en una actuación que el argentino no tenía presupuestada y de la que no parecía recuperado cuando volvió a las canchas en Delray Beach, donde cayó en segunda ronda ante Frances Tiafoe.
«Hace mucho no comenzaba una temporada ‘regular’ en cuanto a los torneos, ahora debo levantar mi nivel, pero tampoco me preocupa, es un año largo, puedo estar mucho mejor, pero siempre voy de menos a más, por eso no me preocupa», avisó el argentino a su llegada a Acapulco.
En el balneario mexicano, sin embargo, Del Potro se volvió a mostrar dominante. Sus actuaciones lo pusieron optimista. No perdió ningún set ante Thiem, Zverev ni Anderson y saldrá de Acapulco con siete semanas consecutivas presente en el top ten. Mañana aparecerá el puesto 8 de la lista, a un suspiro del séptimo clasificado.
«Sé que estando saludable y físicamente bien puedo jugarle de igual a igual a los mejores, para eso me entreno a diario. Este resultado me da un poco de más ganas de seguir mejorando, practicando fuerte y tratar de no perder pisada a los de arriba», señaló el tenista.
«No me imaginaba que tres años iba a estar acá e iba a ganar este torneo, que iba a estar top ten. Después de estar acá en 2015 pasé una operación más y pensé que no volvería a jugar, así que imagínense lo que puedo sentir después de haber salido adelante de un momento tan triste para mí, disfrutando de lo lindo que es este deporte», contó con emoción en rueda de prensa.
Del Potro ahora viajará a Indian Wells esperanzado por la gran semana que vivió en México, donde se sintió «cerca de Argentina». Del Potro dio un paso adelante. Ahora espera que el cuerpo, que no siempre respondió como hubiera querido, no falle en lo que viene.