HENDERSONVILLE, Carolina del Norte, EE.UU.
DPA
El exlanzador Sammy Stewart, que ayudó a los Orioles de Baltimore a coronarse en la Serie Mundial de 1983 antes de caer a una vida de adicción a la cocaína y arrestos, ha fallecido. Tenía 63 años.
La policía del condado Henderson indicó que Stewart fue hallado sin vida el viernes en una residencia. Hasta ayer, las autoridades no habían determinado la causa de su muerte.
Conocido como «Throwin’ Swannanoan», por su lugar natal en Carolina del Norte, Stewart se destacó de inmediato en Baltimore. Con su potente recta, el derecho estableció un récord de Grandes Ligas al ponchar a siete bateadores seguidos en su debut en las mayores en 1978 frente a los Medias Blancas en el Memorial Stadium.
De cabello suelto y grueso bigote, un acento propio de las zonas rurales y una inclinación a narrar historias divertidas, Stewart fue muy popular entre sus compañeros en Baltimore.
«Vivimos días increíbles con este tipo», dijo el ex receptor Rick Dempsey estando al lado de Stewart durante una transmisión de los Orioles en 2016.
Stewart también tuvo éxito en el montículo, especialmente en la postemporada.
Stewart tuvo una impresionante efectividad de 0.00 en cuatro juegos de Serie Mundial, cubriendo siete entradas y dos tercios. Lanzó tres veces en la serie por el campeonato en 1983 que ganaron a Filadelfia.
En una imagen que captura su personalidad, Stewart aparece debajo de un paraguas mientras un compañero de equipo vierte champaña después que los Orioles se llevaran el título de la División Este de la Liga Americana en 1983 con un triunfo en Milwaukee.
El derecho tuvo marca de 59-48 con 45 salvamentos y una efectividad de 3.59 a lo largo de 10 temporadas —las primeras ocho en Baltimore, luego una en Boston y otra en Cleveland. Lanzó en 359 partidos, 25 de ellos como abridor.
Stewart cubrió 956 innings y dos tercios, ponchando a 586 y cediendo 502 pasaportes.
Su carrera llegó a su fin en 1987 y fuera del terreno su vida cayó en una espiral sin control.
Muchos de quienes lo conocían afirmaban que Stewart se vino abajo tras la muerte de uno de sus hijos, a los 11 años, víctima de fibrosis quística.
Fue arrestado decenas de veces tras su carrera en Grandes Ligas. Empeñó su anillo de campeonato, perdió su hogar y pasó más de seis años en prisión antes de ser liberado en 2013.
Stewart se mantuvo en contacto con compañeros y participó en eventos de firmas de autógrafos con ellos luego de salir de la cárcel. Trabajó como instructor en un centro de béisbol y softbol en Carolina del Norte durante el último año.