Grupo Mantua
1. ¿Cómo es que no sabemos?
En otras partes del mundo, la prevalencia de nefrolitiasis, definida como una historia de cálculos, varía según la edad, el sexo y la raza. La prevalencia parece haber aumentado en el último cuarto del siglo XX y lo que va del actual. Si bien este aumento puede ser real, otra posibilidad es que se deba a una mayor detección de cálculos asintomáticos, debido al uso creciente y la sensibilidad de los estudios de imagenología. Del alto costo económico que representa su curación y rehabilitación poco nos hemos preocupado de indagar.
Es una enfermedad multifactorial, es decir tiene muchas causas que la pueden provocar, cuyo origen y patogénesis no se conocen con precisión. Se ha descrito que los factores genéticos y ambientales, son de igual relevancia, ya que estos últimos interactúan con los genes asociados a la litiasis. El aumento de su casuística es un fenómeno mundial.
2. Algunas cosas que sabemos
Un estudio de 2013, ha vinculado las bebidas gaseosas como un factor muy alto de deterioro de los riñones y con la formación de cálculos dolorosos. El equipo de investigadores dirigido por Pietro Manuel Ferrero y Gary Curhan1, analizó la relación entre el consumo de ciertos tipos de bebidas y la incidencia de cálculos renales en más de 194,000 pacientes que habían participado en tres diferentes estudios prospectivos durante 8 años. En ese período en la muestra estudiada, ocurrieron 4,462 casos. Hubo un riesgo 23% mayor de desarrollar cálculos renales en la categoría más alta de consumidores de cola azucarada en comparación con la categoría más baja (P para la tendencia = 0,02) y un riesgo 33% mayor de desarrollar cálculos renales para bebidas azucaradas sin cola (P = 0,003); Hubo un mayor riesgo marginal significativo de desarrollar cálculos renales para las bebidas artificialmente edulcoradas sin cola (P = 0,05). Además, hubo un riesgo 18% mayor para los cocteles con bebidas (P= 0,04). En el otro sentido, los investigadores se encontraron con menores riesgos de 26% en los bebedores de café cafeinado (P <0,001), 16% para el café descafeinado (P = 0,01), 11% para el té (P= 0,02), 31% -33% para el vino (P <0,005), 41% para la cerveza (P <0,001) y 12% para el jugo de naranja (P= 0,004).
Ante sus hallazgos el profesor Ferrero concluyó: «Sobre la base de los resultados del estudio es recomendable la ingesta limitada (no más de una lata a la semana) de bebidas azucaradas carbonatadas, especialmente en aquellos que han sufrido de cálculos renales o en riesgo de desarrollar esta condición”. Esas palabras del profesor, se ven apoyadas por otra investigación estadounidense publicada en Epidemiology2 que advierte sobre que un abuso de colas diaria, conforme a su cantidad, aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica e incurrir en la formación de cálculos renales.
Esos y otros hallazgos de estudios en bebidas con cola, permiten comenzar a hablar de éstas sobre el daño a los riñones, lo que sugiere que en ellas están contenidos los elementos más perjudiciales para el cuerpo, que en los refrescos. En otro estudio realizado por científicos del National Institute of Health de USA en que compararon los hábitos alimenticios de 465 personas con enfermedad renal crónica con 467 personas sanas, luego de tomar en cuenta los diversos factores de riesgo que padecía o tenía cada persona estudiada, los investigadores concluyeron que el consumo de dos o más latas de Cola por día, aun en su versión ligera (ligth), duplica el riesgo de enfermedad renal crónica.
Bien estudiemos entonces los componentes de esas bebidas que más nos puede afectar: investigar el papel de ácido fosfórico por ejemplo, requiere de investigaciones adicionales, pero ya sabemos que este compuesto, que tiene la capacidad de extraer calcio de los huesos, puede aumentar el riesgo de cálculos renales y causar otras enfermedades crónicas tales como la disminución de la función renal, y así podríamos hablar de otras sustancias de las bebidas carbonatadas y no carbonatadas, lo cierto es que:
Independiente de los factores causales, la detección temprana de casos y su tratamiento, resulta fundamental. Los primeros informes de investigación que se hicieron en el siglo pasado, sugirieron que si no se trataba, la probabilidad de formar otra piedra después del episodio inicial, era del 30 al 40 por ciento a los 5 años. Estas cifras de estudios observacionales, son similares a las tasas de recurrencia de los ensayos aleatorios recientemente publicados. Alentadoramente, los ensayos aleatorios también han mostrado drásticas reducciones en las tasas de recurrencia en un 50% o más, obtenidas mediante medicación o intervenciones dietéticas que alentadoramente enfatizan que los cálculos recurrentes son evitables.
Aunque el calcio dietético había sido fuertemente sospechado de aumentar el riesgo de cálculos renales, solo de hace poco se sabe que los hombres con una mayor ingesta de calcio en la dieta en realidad tenían un menor riesgo de nefrolitiasis incidente independiente de otros factores de riesgo. Esta asociación inversa, se ha confirmado en otros dos estudios prospectivos en mujeres. Un estudio posterior demostró que una ingesta baja de calcio en la dieta, puede aumentar el riesgo de formación de cálculos, incluso entre individuos con antecedentes familiares de cálculos.
Además de la absorción gastrointestinal de oxalato dietético, el oxalato también se deriva del metabolismo endógeno de glicina, glicolato, hidroxiprolina y vitamina C. Debido a la biodisponibilidad variable y a menudo baja, gran parte del oxalato en los alimentos puede no ser fácilmente absorbido. La contribución dietética del oxalato urinario puede ser mayor en los formadores de cálculos. Arriba de un tercio de los pacientes con nefrolitiasis de oxalato de calcio, puede tener una mayor absorción de oxalato de la dieta y se sospecha que en algunos casos, una deficiencia de degradación de oxalato por la bacteria Oxalobacter formigenes en el intestino podría ser el culpable. El impacto del oxalato dietético sobre el riesgo de formación de cálculos aún no ha sido estudiado prospectivamente, debido a la falta de información suficiente y confiable sobre el contenido de oxalato de muchos alimentos.
La suplementación con vitamina C aumenta el riesgo de formación de cálculos renales, afirman científicos del Instituto Karolinska en una publicación en la revista de Medicina Interna JAMA. Según los datos de un análisis realizado sobre más de 23,000 personas, seguidas por un total de 11 años, que se suplementan con vitamina C está asociado con una mayor probabilidad de padecer la enfermedad renal. Parece que el mismo efecto no se produce en el caso de la asunción de los multivitamínicos genéricos, con un porcentaje más bajo de vitamina C. Durante el seguimiento, 436 hombres han desarrollado cálculos renales. En los hombres que tomaron suplementos de vitamina C, los investigadores encontraron que aquellos que consumieron 1.000 miligramos por día de la sustancia, mostraron una doble posibilidad de incurrir en la formación de cálculos. El riesgo aumenta con el aumento de la frecuencia de la ingesta. La dosis recomendada de vitamina C es de aproximadamente 75/90 miligramos al día, por lo que un suplemento de 1.000 miligramos es considerablemente mayor que los requerimientos diarios para tomarse a través de los alimentos.
Otro estudio sin embargo, hace hincapié en el aumento del riesgo de la osteoartritis vinculados a la contratación de la sustancia. Virginia B. Duke Kraus, del Centro Médico de la Universidad de Durham, Carolina del Norte, estudió los efectos a ocho meses de la exposición a dosis: alta, moderada y baja vitamina C en el curso de la artritis de rodilla en ratones. El estudio fue publicado en la revista Arthritis & Rheumatism. Las cobayas expuestas a altas dosis de vitamina C, han tenido una forma más severa de la artritis en comparación con los expuestos a dosis bajas o medias.
Los estudios entonces parecen mostrar, que existen inconvenientes potenciales en el largo plazo de una ingesta de altas dosis de vitamina C, es decir, mayor que la recomendada diaria. Según el Dr. Kraus las personas sólo tienen que seguir una dieta equilibrada y tomar una multivitamina diaria para obtener la cantidad recomendada de vitamina C.
Importante y milenario problema de salud y sin embargo en Guatemala sobre su epidemiología, a pesar de ser una causa de complicaciones y visitas frecuentes por los que lo padecen a las unidades de emergencia y los quirófanos, no conocemos mayor cosa. Acera de este temido y enigmático mal, la ciencia actual ha aportado conocimientos esenciales.
1Ferraro PM1, Taylor EN, Gambaro G, Curhan GC. Soda and other beverages and the risk of kidney stones. Clin J Am Soc Nephrol. 2013 Aug;8(8):1389-95. doi: 10.2215/CJN.11661112. Epub 2013 May 15.
2 Gary C. Curhan, MD, ScD. Epidemiology of Stone Disease. Urol Clin North Am. 2007 August ; 34(3): 287–293.