Por PAUL J. WEBER
AUSTIN / Agencia AP

Generalmente los gobernadores de Texas son típicos representantes de un estado en el que la gente usa botas de vaquero, saluda con enérgicas palmadas en la espalda y se siente en la cima del mundo. No tan rápido: Greg Abbott es un tejano diferente.

El gobernador saliente Rick Perry mató a tiros a un coyote, George W. Bush se ponía sus pantalones Wrangler y despejaba malezas, en tanto que Ann Richards sorprendía con sus ocurrencias sin que se le moviese uno solo de sus cabellos abombados. Pero Abbott es un hombre más bien de ciudad, un abogado elocuente de Houston que no tiene el gangueo típico de la zona y que exhibió mucha disciplina política en su campaña.

Es también un duro en el tema de inmigración, que se ha comprometido a enviar otros 500 agentes a la frontera con México a pesar de las críticas de alguaciles de la zona que dicen que no necesitan esa ayuda. Dijo asimismo que no se opondría a que se anulase el Texas Dream Act, firmado por Perry, que permite a los inmigrantes que están en el país ilegalmente pagar las mismas matrículas universitarias que los residentes del estado.

«Para la gente de otros estados tal vez no sea un vaquero con todas las de la ley. Pero eso no es necesariamente algo malo», afirmó el presidente del Partido Republicano de Texas Steve Munisteri.

«Para la gente de otros estados tal vez no sea un vaquero con todas las de la ley. Pero eso no es necesariamente algo malo».
Steve Munisteri
Presidente del Partido Republicano de Texas

Paralizado de la cintura para abajo desde que se le cayó un árbol encima en 1984, Abbott es un republicano con una personalidad apacible, que no da mucho de qué hablar pero que es tan conservador como cualquiera de sus predecesores. Logró una victoria apabullante ante la demócrata Wendy Davys, por más de 20 puntos porcentuales, luego de prometer que seguiría demandando al gobierno nacional de Barack Obama, a quien le hizo 30 demandas como procurador general. También anticipó que en el tema de la inmigración podría adoptar actitudes más enérgicas que las de Perry, quien tuvo posturas relativamente moderadas.

El cambio de estilo podría hacer que la legislatura tome más en serio sus iniciativas. Mientras que Perry fijaba pautas desde atriles en conferencias de prensa, Abbott tiene la reputación de ser alguien que analiza todos los detalles entre bambalinas.

«Van a escuchar oraciones y párrafos enteros de Abbott. No simplemente frases hechas como las que emitía Perry», dijo Bill Miller, poderoso lobista tejano y viejo amigo de Perry. «Abbott está preparado y es agresivo».

El comisionado de parques saliente Jerry Patterson, quien porta una pistola en su bota cuando va a la oficina, opina que el no haber estado tanto en el candelero como Perry podría ayudar a Abbott a sacar adelante su programa.

Según Patterson, a Abbott no le gusta llamar la atención. «Lo que hace no genera interés en todo el país, sino que va a ser analizado en el estado. Y eso podría ser algo positivo».

Abbott desea asignar más dinero a las carreteras, por ejemplo, y menos a programas de desarrollo económico que impulsó Perry.

«Los estadounidenses se hicieron escuchar y dijeron que quieren enfocarse en las cosas prioritarias», afirmó Abbott el miércoles.

Abbott no tendrá mucha oposición en una legislatura dominada por cuadros del tea party afines.

A Perry le gustaba provocar a los demócratas y lanzar desafíos a la Casa Blanca en torno a temas como el control de las fronteras y los seguros médicos.

Los propios demócratas dicen que a Abbott no le interesan tanto las batallas sobre asuntos que generan divisiones, en tanto que los republicanos esperan que no espante a cierto tipo de votante, sobre todo los hispanos.

«Perry es combativo. Resulta obvio que viene de Paint Creek», comentó el veterano senador estatal demócrata John Whitmire, aludiendo a la ciudad de donde es oriundo el gobernador saliente. «Dudo que Abbott sepa dónde queda Paint Creek. Abbott es muy urbano».

A diferencia de Perry, quien viene de un entorno rural y cuya clase de graduación consistió en 13 personas, la familia de Abbott se instaló en un suburbio de Dallas, donde su padre era un corredor de la bolsa y vendía seguros.

El nuevo gobernador tiene dos sombreros de vaquero pero dice que no usa ninguno. Le gusta la caza y dice que su casa es prueba de que es lo suficientemente tejano: su esposa Cecilia será la primera dama hispana en el estado con la mayor población hispana del país después de California.

«Eso es tejano por excelencia, porque las cosas siempre han sido así en Texas desde su creación», dijo Abbott.

«Van a escuchar oraciones y párrafos enteros de Abbott. No simplemente frases hechas como las que emitía Perry».
Bill Miller
poderoso lobista tejano y viejo amigo de Perry

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