Raymond J. Wennier
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Cuando pensamos sobre la sociedad, es interesante ver cómo se ha crecido, los logros obtenidos, pero a la vez, las dificultades que conlleva ese crecimiento. Los sociólogos deben tener mucho material que estudiar y discutir con otras personas en relación a una “nueva sociedad”, y cómo formar una generación para ella.

Los cambios están a la orden del día, no sólo la parte física sino también el comportamiento del ser humano; digamos que el humano ha “refinado” una conducta que antes no tuvo.

Lo único que tenemos como factor constante, es el cambio. Más ahora que la ciencia se desarrolla a tal rapidez que es difícil mantenerse al día. Con cada cambio o avance de la sociedad, hay cambios en la mentalidad y comportamiento de las personas. Sin embargo, hay algunas características del ser humano, que aparentemente se mantienen iguales.

En 1983, trabajando con alumnos del Colegio, me preocupaba su crecimiento personal emocional. ¿Por qué? Pues, la sociedad estaba dando señales de cambios no positivos, percibidos por la población. Quienes hemos vivido de esa fecha para acá, podemos darnos cuenta de los cambios. Para trabajar con los alumnos en el período de Formación Personal, cree la frase de las tres P, “Personalmente Pensar Positivamente”.

Regresando a una de las características de las personas en esos años, podemos decir que ha crecido la negatividad en relación a la sociedad. Los adultos nos hemos vuelto sumamente pesimistas y por consiguiente los niños y los jóvenes están acostumbrándose a escuchar y ver todo con ojos de que todo es desfavorable y que no hay mucho que se pueda hacer.

No sé señores lectores, si están como yo, cansados de escuchar opiniones personales negativas. Como educador, me interesa el sistema escolar guatemalteco y cuando puedo doy sugerencias puntuales para consideración de otras personas, léase autoridades educativas.

Recientemente he escuchado tantas opiniones personales tan negativas sobre la gestión educativa, muchas veces de personas que no son educadores, que me preocupan tremendamente.

Vuelven a mencionar todas las deficiencias que ya conocemos y las dificultades del sistema escolar público, pregonadas en lo privado y en algunos medios de difusión como si sólo esa realidad existiera. ¿Será tiempo de dejar de apuntar sólo lo negativo y de apoyar lo positivo que sí se hace?

Me apena inclusive, dar ejemplos pero creo que algunas muestras son indicadores de cómo se han vuelto tan negativas las opiniones que a veces llegan al irrespeto y al insulto. Cuando usan términos como “payasos” para describir a los maestros, ¿qué mayor negatividad se quiere? Cuando hablan de “calidad” educativa, su explicación demuestra que les hace falta ahondar en su significado en educación.

Hay personas, con conocimiento del tema, que pueden dar sugerencias concretas de cómo mejorar el sistema educativo que tanto se critica. A ellas y a quienes critican sin conocer a profundidad el problema, les digo: Presenten su plan de trabajo para componer todas las deficiencias mencionadas, ofrezcan respuestas concretas que incluyan el CÓMO y CON QUÉ ponerlas en práctica.

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