Por Denis Aguilar
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El Centro de Investigaciones Económicas y Nacionales (CIEN) se pronunció respecto a la captura del diputado Arístides Crespo ocurrida ayer y aseguró que en el Congreso de la República ha existido una cultura corrupta con el paso de los años.
María del Carmen Aceña, investigadora del CIEN, aseguró que en los últimos 20 años ha existido una evolución de la corrupción, especialmente en el Congreso, y aseguró que los legisladores confunden la negociación política con corrupción.
Aceña se refirió a la cantidad de expresidentes del Congreso que han sido capturados, que guardan prisión o que están prófugos de la justicia.
“La cultura era totalmente corrupta, tenían todo un sistema donde llegaban a la Junta Directiva, quedaban bien con gente, tenían plazas (fantasma), cobraban las plazas, una total corrupción”, dijo Aceña.
Asimismo, aseguró que en los últimos 20 años han visto una evolución de la corrupción, sobre todo por los sucesos que se registran en el Congreso de la República.
“No es que hace 20 años –no– eran tan corruptos como ahora, pero como no tenían límites empezaron y surgió la lógica de que era negociación política, no corrupción”, explicó. “Debemos tener bien claro qué es negociación política y qué es corrupción, añadió.
ANÁLISIS DEL CONGRESO
La Alianza por el Congreso Transparente, que aglutina a varias organizaciones de la sociedad civil como el CIEN y Acción Ciudadana, presentó este día un informe sobre el trabajo que realizó el Congreso de la República en 2017, donde se constató que en ese periodo de tiempo cada diputado representó un gasto de Q4.4 millones para los guatemaltecos.
El informe detalla que de los Q913.4 millones que tenía el Congreso en su presupuesto, gastó Q698.5 millones, lo que representa un 76.5 por ciento de la ejecución presupuestaria.
La cifra calculada por la Alianza sobre el gasto en cada diputado, representó la menor cantidad de los últimos tres años.
El informe también arroja detalles sobre las asistencias de diputados a las 107 sesiones que se realizaron en el año, donde solos dos legisladores acudieron a todas las convocatorias, 22 faltaron a una de cada cuatro sesiones del Legislativo. Solo los diputados Óscar Chinchilla (presidente de la anterior legislatura) y Eduardo Zachrisson fueron quienes acudieron a todas las sesiones.
En 2017, el Congreso aprobó únicamente 22 decretos, dentro de estos se encuentran las reformas al Código Penal del Pacto de Corruptos, decisión en la que el Congreso tuvo que recular dos días después ante la presión ciudadana.
“Lo que pasó en septiembre (reformas Código Penal) para nosotros es la vergüenza más grande y dolor más grande que pudo tener este país”, dijo Aceña.








