Rolando Alfaro Arellano

“Los malos son muchos”
(Pitaco)

La moral y el Derecho, en cierto sentido, tienen parecido, pues una se refiere a la conducta si se quiere interior de los seres humanos y el Derecho, también, entraña el cumplimiento de normas. Estos términos se han venido mencionando, por los acontecimientos que mis estimados lectores sabrán mejor que quien escribe, se discuten por diversos medios tanto sociales, religiosos, políticos como legislativos y no digamos jurídicos. Pero ¿sabrán las personas distinguir sinceramente lo que es la moral y el Derecho?

En un principio, según diversos tratadistas, las normas éticas y las jurídicas son normas de conducta, pero debemos recordar que los romanos parecían entender que no cabía el derecho con la moral, se hacía el distingo entre lo lícito y lo honesto.

En ese sentido, y conforme hemos investigado, según el autor del “Diccionario Selectivo de Derecho y procedimiento Penal” (Juan Emilio Coquibús. Argentina), en el mundo griego no había claro concepto de la diferencia entre la moral y lo jurídico.

Platón afirmaba que la justicia no consistía sólo en los actos “externos”, sino también en los “internos”. Aristóteles establecía que se era justo no sólo por la “acción”, sino por la intención, luego cita la obra consultada: Aristóteles escribió un tratado sobre ética y otro sobre política, pero en ambos la ética individual y la ética política son tratadas en íntima relación.

Otros tratadistas, como Jellineck, afirman que: “El derecho es un mínimo de ética”. Estas citas son de interés para los efectos de este artículo, porque pareciera que en la República de Guatemala, el analfabetismo fuera total, pues en muchos centros educativos sean elementales o superiores, no se imparten principios éticos.

De lo anterior, arribamos a la conclusión, que quizá muchos habitantes del territorio nacional, escuchando los cantos de sirena, creen que vivimos en un país de una educación verdaderamente superior que les induce a pensar que para que leer si tienen televisión, entonces, hay que copiar las extorsiones, asesinatos y robos tan sofisticados que constantemente se transmiten en ese medio de comunicación, lo mismo con la radio, porque aunque en algunas de ellas se distorsiona la lengua española y el castellano, pues para que respetarla si la República de Guatemala es multilingüe, y así sucesivamente.

Cuántas quejas se escuchan en distintos círculos sociales que los jóvenes no quieren leer o no tienen disciplina para los estudios; que desgraciadamente no pueden distinguir la música popular de la moderna y clásica.

Luego, diversas personas niegan tal problemática y no es éticamente aceptable ignorar la trágica situación que se vive en el país, no hay forma de que se enfrente con amor patrio esa problemática. Ni acciones, ni ordenamiento urbano y rural, ni una legislación moderna que nos permita vivir civilizadamente. Y una educación superior más clara que el agua que forme seres humanos y no monstruos que sean resentidos sociales y vampiros en sus respectivos trabajos.

Por último, si existiera la ética en el territorio nacional, pues Guatemala, sin duda, estaría en una situación privilegiada compitiendo los primeros lugares: en educación, ciencias, economía, seguridad ciudadana, y literatura con el resto de países de Centro América y similares.

Finalmente, llamamos la atención de los centros educativos, religiosos, jurídicos, y de proyección social, a efecto de impulsar programas cívicos y de formación ética, pues sólo de esta manera tendremos una población mejor educada y con formación ético-jurídica que permita el desarrollo social de todos y cada uno de los guatemaltecos bien nacidos.

No es justo mantenerse callados sin conocer que la Constitución Política de la República de Guatemala, permite a los ciudadanos pronunciarse y exigir que se cumplan las normas de ésta para poder despertar la conciencia humanística que se necesita para solventar los ingentes problemas derivados de la falta de legislación y de moral de algunos malos pobladores que habitan el suelo guatemalteco. Hasta Cuando Catalina abusarán de nuestra paciencia. ¿Usted qué opina estimado lector?

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