Por STEVEN R. HURST
WASHINGTON
Agencia AP

Los estadounidenses votan hoy en unas elecciones de mitad de mandato que se han presentado como un referendo sobre el gobierno del presidente Barack Obama y que casi con seguridad darán a los republicanos la mayoría en las dos cámaras del Congreso.

La pregunta es si se acrecentará la parálisis legislativa en Washington si los demócratas pierden la mayoría en el Senado.

Las encuestas en general otorgan a los republicanos una probabilidad superior al 50% de derrotar al menos a seis demócratas en el Senado o de apoderarse de las bancas que éstos dejan vacantes por jubilación. Hay 36 bancas en juego en el Senado.

No había grandes dudas en torno a la contienda por las 435 bancas de la Cámara de Representantes, salvo acerca de la magnitud de la nueva mayoría republicana. Una ganancia de 13 bancas les dará su mayor representación en la cámara desde 1946, cuando tuvieron 246 representantes. Los demócratas se concentraron en la reelección de los suyos.

Lastrados por los bajos índices de aprobación de Obama, los candidatos demócratas guardaron distancia del presidente y optaron por una costosa operación para que sus partidarios voten en las disputas más reñidas en el Senado con la esperanza de conservar la mayoría. En particular buscaban el voto de minorías, mujeres y jóvenes, sectores que tienden a respaldar a los demócratas, pero suelen abstenerse en elecciones en las que no está en juego la presidencia.

Una decena de disputas en el Senado atraen la mayor atención, y en éstas los demócratas están en desventaja porque se producen en estados que votaron por el republicano Mitt Romney en las presidenciales de 2012 o en estados parejos.

Las campañas en estos estados se caracterizaron por los gastos astronómicos, los incesantes ataques personales… y la escasez de ideas para gobernar la nación. Los debates serios sobre comercio, energía, déficit fiscal, cambio climático e inmigración brillaron por su ausencia.

«Las políticas del presidente han fracasado, sin vueltas», dijo el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien espera ser reelegido por 13ra vez y tener dos años más como presidente de la cámara. Boehner y otros republicanos han jurado cambiar las políticas de Obama, pero sin entrar en detalles concretos.

Los republicanos tienen las mejores oportunidades de ganar bancas en Montana, Dakota del Sur y Virginia Occidental, donde los senadores demócratas pasaron a retiro.

El gran número de contiendas competitivas combinado con la posibilidad de desempates en Louisiana y Georgia significan que ningún partido podría declararse vencedor el miércoles.

En Kentucky, el dirigente republicano Mitch McConnell compitió con la demócrata Alison Lundergan Grimes en una contienda reñida que los demócratas esperaban ganar, pero las encuestas más recientes indican lo contrario. Si los republicanos ganan la mayoría, McConnell pasaría de presidir el bloque a presidir la cámara alta.

Otra jubilación demócrata dio lugar disputa muy reñida en Iowa entre la republicana Joni Ernst y el demócrata Bruce Braley.

La jubilación de un republicano en Georgia dio lugar a una de las disputas observadas más atentamente en todo el país, entre la demócrata Michelle Nunn y el empresario republicano David Perdue.

La popularidad creciente del voto adelantado produjo el equivalente de una elección dentro de la elección, con más de 18 millones de sufragios en 32 estados, que cada partido atribuyó a su propia fuerza.

Hay 36 gobernaciones en juego, y un número desusadamente alto de mandatarios que parecía tener problemas para obtener su reelección.

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