Bogotá
DPA

El Gobierno de Colombia y la última guerrilla que opera en el país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), iniciarán el lunes 8 de enero en Quito el quinto ciclo de negociaciones de paz, con una nueva nómina de negociadores por parte del Gobierno, comandados por el exvicepresidente Gustavo Bell.

El inicio de la nueva ronda de diálogos está enmarcado por las presiones de algunos sectores sociales y el mismo deseo manifestado del Gobierno de Juan Manuel Santos por extender el alto a fuego, que inició en octubre del año pasado y caduca un día después de iniciar las conversaciones, el martes 9 de enero.

El saliente jefe negociador, Juan Camilo Restrepo, cerró su ejecución poniéndole un alto a los fusiles del ELN, en un hecho sin precedentes y que los medios locales catalogaron como histórico, dado que la organización subversiva jamás había firmado un documento de paz.

El ELN se fundó en 1964 y desde entonces ha operado en distintos territorios de Colombia, en especial zonas apartadas en donde hay poca presencia del Estado y áreas en donde hay cultivos ilícitos.

Bell tiene ahora la tarea de negociar una prolongación de esta tregua, que ha llevado tranquilidad a zonas de la geografía colombiana que están acostumbradas a vivir en medio del sonido de las balas.

Sin embargo, los asesinatos de líderes sociales no han parado y esto ha empañado la disposición de ambas partes a cumplir un cese de hostilidades. La ONU indicó que en 2017 se registraron 64 homicidios de defensores de derechos humanos.

Uno de los hechos más polémicos durante este tiempo de tregua se registró en octubre pasado, cuando guerrilleros asesinaron a un líder social indígena en el departamento del Chocó, uno de los más azotados por el conflicto armado interno.

Los voceros del ELN se atribuyeron el homicidio, diciendo que fue un incidente con un «trágico desenlace», lo que cuestionó la seriedad con que la guerrilla apostaba a cumplir el cese de hostilidades.

Pero, según la guerrilla, el Gobierno también ha cometido algunos errores durante el tiempo de alto al fuego. De acuerdo con el máximo líder del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista alias «Gabino», las tropas de la fuerza pública habrían sacado ventaja de la tregua para sus operaciones militares en zonas donde está presente esta insurgencia.

Si bien los sectores políticos han ejercido presión sobre el cumplimiento o incumplimiento de la tregua, coinciden en que ésta debe prolongarse para garantizar la tranquilidad a los colombianos y hacer los ajustes que sean necesarios.

Pero más allá de la tregua, Bell debe avanzar en los puntos de la negociación de paz definitiva, sin olvidar que 2018 es año electoral y Santos debe entregar la Casa de Nariño (palacio de gobierno) a quien resulte vencedor en los comicios.

El ELN celebró la llegada de Bell junto a un renovado equipo negociador, que trae aires frescos a las negociaciones, un nombramiento que calificaron como positivo y con el que esperan lograr «una paz con transformaciones de fondo», según manifestaron en su cuenta de Twitter.

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