Alfonso Mata

Pero la medicina regenerativa y su técnica no es tan nueva: durante décadas, trasplantes de la piel y, para pacientes con leucemia, se han estado haciendo autoinjertos. Pero recientemente se ha beneficiado de los avances en el cultivo de células madre humanas. «Ahora podemos crear medios de cultivo que respalden la orientación de las células madre al tipo de célula deseado», explican algunos.

El cuerpo humano está formado por un mosaico de 100,000 millones de células, de las cuales existen casi 200 tipos diferentes, que se utilizan para fabricar la piel, el sistema nervioso, los músculos o la sangre. Algunas cuando alcanzan la edad adulta, ya no pueden dividirse y reproducirse. Otras aún retienen el potencial, como las células madre. Pero, de acuerdo con su origen (adulto, perinatal, embrionario), no todas tienen las mismas capacidades de transformación para dar nacimiento a células especializadas. Por lo tanto, los biólogos deben hacer mucho trabajo para encontrar «mano amiga». Por ejemplo, con la ayuda de un soporte, ratas ciegas recuperaron parcialmente la vista. Los soportes biocompatibles, son varios; son por lo general proteínas (por ejemplo las de seda de araña, tan resistentes como el mejor acero) y totalmente biocompatibles (no producen ningún rechazo al contacto con el cuerpo humano), que se están usando para construir andamiajes celulares, estructuras que sostengan a las células implantadas en un tejido o en un órgano. Actualmente se están llevando a cabo más de 350 ensayos clínicos para evaluar la autorreparación de los tejidos.

Cuál es el objetivo de esta nueva medicina: son varios. Uno de ellos es tratar de manera diferente la salud para vivir mejor, otro vivir más tiempo y por supuesto también mejor. Algunos, considerando todo eso, van más lejos, ¿por qué no vivir para siempre? ven poco límite para sus futuras aplicaciones o, si no es la inmortalidad, al menos aumenta la longevidad en buena forma.

La medicina regenerativa se basa en la terapia celular. Las esperanzas más claras de regeneración de tejidos se reviven año tras año. Las del año pasado aparecieron a principios de año, después de que al servicio del profesor Philippe Menasché del Hospital Europeo Georges-Pompidou, llegó un paciente que sufría un ataque cardíaco y se lo trató con éxito, utilizando células cardíacas derivadas de células madre embrionarias humanas. Desde entonces, seis pacientes se han beneficiado de esta técnica, que utiliza un parche regenerador hecho de una «red» de fibrina, una proteína en el plasma sanguíneo, que se puede colocar como un apósito en el área lesionada por un infarto.

Varios cientos de otros ensayos clínicos han surgido en los últimos meses en campos tan diversos como la reumatología, la oftalmología, la disfunción metabólica o la reparación de órganos.

El ensayo clínico para tratar la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), una enfermedad para la cual no existe hoy cura ya ha empezado. Otra biotecnología, que está en camino, es un ensayo clínico sobre el uso de células pancreáticas obtenidas a partir de células madre. Su particularidad: llevar insulina a los diabéticos. Con este dispositivo, se espera superar las dificultades de la tolerancia inmune y el riesgo de rechazo, el enemigo número uno de la terapia celular.

El descubrimiento de células madre en el tejido adiposo, también abre nuevas perspectivas. Por simple centrifugación, podemos extraer lo que se llama la fracción vascular estromal, que contiene células madre regenerativas. Hace cuatro años, un grupo de investigadores recolectó y reinyectó esta sustancia a doce pacientes con esclerodermia (endurecimiento de la piel) en cada uno de sus diez dedos. En unas pocas semanas, su motricidad manual mejoró significativamente, cuando casi habían perdido el uso de sus manos.

Trabajos recientes sugieren que las células madre utilizadas, tienen la capacidad de formar nuevos vasos sanguíneos al producir factores de crecimiento que promueven localmente el desarrollo de las células que componen estos vasos. Esta propiedad motiva el trabajo en el campo cardiovascular, para acelerar la reparación del tejido dañado, por ejemplo, después de un accidente cerebrovascular. Los primeros estudios clínicos comenzaron en los Estados Unidos y Corea.

Hay un dato curioso en esto de las células madre: todos los componentes corporales están relacionados con las células del sistema nervioso y los músculos. A largo plazo, los científicos se imaginan que pueden producir células sanguíneas y reconstruir funciones completas, utilizando órganos descelularizados como una matriz para acomodar células jóvenes. Se acuerda usted de la caja de trozos donde había que formar una figura dentro, pues algo así viene a ser esto. Un biorreactor un recipiente o sistema que mantiene un ambiente biológicamente activo. La medicina regenerativa, aprovecha la capacidad del cuerpo para regenerarse o reemplaza el tejido enfermo con tejido sano producido artificialmente, basándose en el principio de curación en lugar de reparación.

Cuando esto haya evolucionado, después de una enfermedad o un accidente, es posible que se vaya a necesitar un nuevo tejido o incluso un órgano completo para reemplazar el dañado. El objetivo de la medicina regenerativa es volver a generar células no funcionales en funcionales y cultivar tejido sano. En un futuro no lejano, incluso debería ser posible cultivar órganos completos. La esperanza entonces sería curar enfermedades como la enfermedad de Parkinson, la leucemia y el infarto de miocardio, así como algunas lesiones y prevenirlas.

A diferencia de los procedimientos convencionales para reparar el tejido dañado, la medicina regenerativa tiene como objetivo producir y utilizar tejido nuevo, un enfoque revolucionario de la biomedicina. La medicina regenerativa está desempeñando un papel cada vez más importante en las industrias farmacéutica y cosmética.

Algunas de nuestras células, tienen una increíble capacidad regenerativa. Por ejemplo, toda la superficie de nuestra piel se renueva en solo dos semanas. Nuestros intestinos, nuestro hígado y nuestras células de médula ósea también tienen un fuerte poder regenerador. Otras partes de nuestro cuerpo, como las células del corazón, los huesos y el cartílago, solo tienen una capacidad limitada para la regeneración.

Un ejemplo del interés terapéutico de tales células es el infarto. Durante un infarto, las células musculares del corazón se dañan irreversiblemente. Una posibilidad que podría conducir a una mejora en la función cardíaca después de un infarto, sería inyectar células madre adultas, aisladas de la médula ósea, alrededor del músculo cardíaco afectado. Aunque las células dañadas no pueden ser reemplazadas, un estudio clínico (el estudio PERFECT) ha demostrado que los mecanismos de reparación natural pueden activarse y mejorar la función cardíaca. El uso de células madre adultas para la regeneración cardíaca es, sin embargo, un enfoque muy debatido.

En contraste con el cultivo de laboratorio de células cardíacas, el cultivo de células de cartílago destinado a la curación del menisco o daño del disco intervertebral se encuentra en una etapa avanzada y ya se está utilizando como tratamiento.

Es diferente a nivel de los huesos. La capacidad regenerativa de los huesos es, particularmente en los ancianos, muy reducida. Actualmente, los investigadores están investigando el uso de células madre adultas, aisladas de la médula ósea, como tratamiento para las fracturas óseas. Los primeros ensayos terapéuticos, en los que las células madre se inyectaron directamente en las fracturas óseas en personas mayores, fueron un éxito. Sin embargo, las células madre eran de edad avanzada (se tomaron directamente de pacientes de edad avanzada) y así, tienen una capacidad de regeneración reducida y este método aún no se ha optimizado.

Terapias similares que utilizan células madre embrionarias destinadas al tratamiento de la enfermedad de Parkinson, la diabetes o el accidente cerebrovascular se encuentran actualmente en la fase de prueba, donde muestran resultados prometedores. Sin embargo, aún se necesitan estudios adicionales antes de probar su eficacia en pacientes.

En la década de 1980, la ingeniería de tejidos sufrió un boom. Por primera vez fue posible producir artificialmente tejido humano, específicamente piel artificial. Hoy en día, esta piel artificial se produce a partir de pelo o pequeños trozos de piel y se utiliza, por ejemplo, para el tratamiento de víctimas de quemaduras y en la industria (cosméticos y pruebas farmacológicas). A nivel de las raíces del cabello hay células madre adultas capaces de formar células de la piel. A diferencia de las células cutáneas diferenciadas, las células madre adultas de las raíces del cabello se dividen mucho más rápidamente y, por lo tanto, pueden implantarse más rápidamente.

Es prometedora esta nueva medicina, pero tenemos que darnos un tiempo. La medicina regenerativa finalmente está en camino.

LA MEDICINA REGENERATIVA

Es un campo de investigación multidisciplinar en el que biólogos, científicos de materiales, bioinformáticos e ingenieros trabajan mano a mano. Existen cuatro tecnologías diferentes en el campo: regeneración intrínseca en nuestro cuerpo, terapia celular, ingeniería de tejidos y terapia génica.

El modelo ideal utilizado para la investigación sobre la base de la capacidad regenerativa ha sido este increíble animalito llamado El ajolote (Ambystoma mexicanum) axolotl (un tipo de salamandra). Un verdadero maestro en el arte de la regeneración. Es capaz de desarrollar nuevas partes de su cerebro o incluso extremidades enteras.

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