POR MARIELA CASTAÑÓN
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En el marco de la conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) en Guatemala reconoció el pasado 10 de diciembre la labor del padre Mauro Verzeletti, por su labor en la defensa a los derechos de las personas migrantes. El sacerdote dijo que el reconocimiento lo compromete a seguir luchando por la dignidad y la vida de la población migrante.

Verzeletti refirió que lo otorgado por la PDH tiene un “significado muy profundo” y lo motiva a seguir trabajando a favor de las personas migrantes.

“El reconocimiento me compromete a seguir luchando por la dignidad y la vida de cada ser humano, especialmente de la población migrante refugiada, que duramente es golpeada por las injustas leyes migratorias, racistas y xenofóbicas. Leyes que separan a las familias, es una atrocidad contra las personas que tienen un sueño y dignidad”, explicó el sacerdote.

El entrevistado agregó que migrar para sobrevivir no es un delito, sino un derecho fundamental.

Por otro lado, el PDH, Jordán Rodas, explicó que la orden “Vida y Dignidad”, que lleva el nombre del doctor Jorge Mario García Laguardia, fue entregada a Verzeletti por su ejemplo y sensibilización en el tema migratorio.

“El padre Verzeletti nos ha ayudado, con su ejemplo de vida, a sensibilizarnos en uno de los temas históricamente olvidados. Yo soy uno de ellos también, que gracias a su trayectoria y por conocer su trabajo, llegué a colocar el tema de los migrantes como una de mis cinco prioridades”, dijo el PDH el día del evento.

Rodas lamentó que a los migrantes se les vea como números, aunado a que existen otros desafíos cuando retornan, pues carecen de condiciones para reinsertarse a la sociedad.

DÉCADAS DE APOYO A MIGRANTES

El padre Mauro indicó que tiene 20 años de trabajar en el tema migratorio, inició su primera misión en la frontera con México y Estados Unidos, en 1993; mientras que en 1998 llegó a Guatemala, después de los efectos del huracán Mitch.

“Vimos todo el sufrimiento del pueblo guatemalteco –tras el huracán Mitch- y a su vez una gran cantidad de personas que tuvieron que salir por causas de ese desastre natural. El gobierno de turno de aquel entonces no quiso aceptar el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) para que los guatemaltecos que habían llegado a Estados Unidos, pudieran estar bajo ese programa. Fue en el gobierno de Álvaro Arzú y muchas personas sufrieron esa calamidad”, indicó el sacerdote.

De acuerdo con el defensor de las personas migrantes, durante estos años, también ha enfrentado situaciones que le han impactado como la masacre de Tamaulipas, donde murieron varios guatemaltecos; sus familiares, sus hijos, llegaron a recoger los cuerpos de esas personas que solo buscaban una vida mejor.

“Lo que más me ha impactado fueron los guatemaltecos y guatemaltecas que fueron masacrados en México, cuando tuvimos que recibirlos en el Aeropuerto, las familias, los niños y niñas solo encontraron féretros de sus papás o mamás muertas. Las personas salieron para encontrar la felicidad, la realización, el desarrollo integral, pero encontraron la muerte a través de las estructuras criminales que operan en la ruta migratoria, en la ruta a Tamaulipas. Lloré junto con esa gente, porque los niños gritaban mamá, papá, pero ellos estaban muertos”, lamentó Verzeletti.

El entrevistado indicó que su compromiso continúa con la población migrante, pero reiteró que el Estado debe crear condiciones para que la población no migre, además de atender a quienes vuelven retornados.

MISIONERO COMPROMETIDO

Mauro Verzeletti nació en Brasil, es misionero de la orden de San Carlos Scalabriniano y durante más de diez años dirigió la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala. Ahora se encuentra al frente de la Red Internacional Scalabrini para las Migraciones.

“Lo que más me ha impactado fueron los guatemaltecos y guatemaltecas que fueron masacrados en México, cuando tuvimos que recibirlos en el Aeropuerto, las familias, los niños y niñas solo encontraron féretros de sus papás o mamás muertas” Padre Mauro Verzeletti

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