Por ELENA BECATOROS y ZEINA KARAM,
MURSITPINAR,
Agencia AP
Un pequeño grupo de rebeldes sirios llegó el miércoles a la asediada localidad fronteriza de Kobani para ayudar a los combatientes curdos que se enfrentan a extremistas del grupo Estado Islámico, según activistas sirios y autoridades curdas.
El grupo de unos 50 combatientes armados procede del Ejército Libre Sirio (ELS), y es independiente de otro grupo de curdos iraquíes de la minoría peshmerga que el miércoles estaban también camino a Kobani, junto a la frontera entre Siria y Turquía.
Idriss Nassan, una fuente curda de Kobani, dijo que el contingente había llegado a la ciudad a través del paso de Mursitipinar, en la frontera con Turquía. Nassan, que habló desde Mursitpinar, dijo que habían viajado en coches pero no ofreció más detalles.
EL ELS es un grupo variopinto de rebeldes moderados que combaten por derrocar al presidente sirio, Bashar Assad. El liderazgo político del Ejército, que cuenta con el respaldo de occidente, tiene su sede en Turquía, donde los combatientes suelen buscar respiro de la lucha.
Los 150 soldados peshmerga llegaron a Turquía desde Irak a primera hora del miércoles y se espera que crucen a Siria a lo largo del día. Su despliegue se produjo después de que Ankara permitiese a los combatientes cruzar al país desde su territorio.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijo a la BBC que enviar a los peshmerga y al Ejército Libre Sirio es «la única forma de ayudar a Kobani, dado que otros países no quieren utilizar tropas de tierra».
Un periodista curdo en Kobani y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, confirmaron que un grupo de unos 50 combatientes del ELS había entrado en la ciudad el miércoles.
Después de una conmovedora despedida con miles de seguidores vitoreando y ondeando banderas en la capital curda iraquí de Erbil, las fuerzas peshmerga aterrizaron a primera hora del miércoles en el aeropuerto de Sanliurfa en el sureste de Turquía. Abandonaron el aeropuerto en autobuses escoltados por las fuerzas de seguridad turcas y se espera que lleguen a Kobani a través del paso de Mursitpinar.
El grupo Estado Islámico lanzó su ofensiva sobre Kobani y poblados sirios cercanos a mediados de septiembre, con un saldo de más de 800 muertos, según activistas. Los extremistas suníes capturaron decenas de poblados curdos alrededor de Kobani y controlan parte de la ciudad. Más de 200.000 personas han huido y cruzado la frontera hacia Turquía.
Estados Unidos encabeza una coalición que ha realizado decenas de ataques aéreos contra los milicianos en Kobani y sus alrededores.
El despliegue de 150 combatientes peshmerga, quienes fueron autorizados por el gobierno curdo iraquí a ir a Kobani, subraya las tensiones políticas delicadas en la región.
El gobierno turco considera a los curdos sirios que defienden Kobani leales a lo que Ankara considera una extensión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Ese grupo lleva 30 años de insurgencia en Turquía y está designado como grupo terrorista por Estados Unidos y la OTAN.
Bajo presión para tomar medidas más enérgicas contra el Estado Islámico —tanto por Occidente como los curdos dentro de Turquía y Siria— el gobierno turco aceptó permitir que los combatientes cruzaran su territorio. Pero sólo permite el paso de fuerzas peshmerga de Irak, con quienes tiene una buena relación, y no del PKK.
Los refuerzos proporcionarán la ayuda que necesitan los sirios curdos, aunque no está claro si Turquía permitirá que los peshmerga crucen con suficiente armamento como marcar una diferencia.