Tel Aviv
Agencia (dpa)

Mientras los estadounidenses se preparan para consumir millones de pavos en la Cena de Acción de Gracias mañana, investigadores israelíes sostienen que los excrementos de ésta y otras aves de corral como los pollos podrían ser una alternativa viable al carbón como fuente de energía.

Según una investigación de la Universidad de Ben Gurion publicada en la revista Applied Energy, los excrementos de estas aves podrían transformarse en biomasa combustible con la cual obtener una energía equivalente al diez por ciento del carbón utilizado para producir electricidad.

«Se obtiene más energía de la que se invierte, con lo que se convierte en una alternativa factible a los combustibles fósiles», dijo hoy a dpa Amit Gross, coautor de la investigación.

Gross, que presidente el Departamento de Hidrología ambiental y Microbiología de la Universidad de Ben Gurion, dice que los excrementos se calientan hasta los 250 grados centígrados mediante un proceso llamado carbonización hidrotermal. El resultado es un combustible sólido similar al carbón llamado hidrochar.

De acuerdo con los cálculos de Gross, si todo el excremento de las aves de corral del mundo se convirtieran en hidrochar podría reducirse en un diez por ciento el carbón utilizado para generar electricidad. Una alternativa que podría implantarse en Israel, país que en 2014 lideraba el consumo mundial per cápita de pavo según fuentes ministeriales.

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