Por Hinnerk Feldwisch-Drentrup
Ginebra
Agencia (dpa)
El juramento hipocrático es la consagración de los fundamentos éticos de la medicina, y su versión moderna existe desde hace casi 70 años. Sin embargo, la última reunión de la Asociación Médica Mundial (WMA, por sus siglas en inglés) introdujo la que es la mayor reforma del texto de los últimos tiempos.
El juramento clásico invocaba la ayuda de los dioses para el beneficio de los enfermos y la justicia. La mención de lo divino fue eliminada en la Declaración de Ginebra de 1948 que pronuncian todos los graduados en medicina, pero se mantuvieron otros elementos clave como el secreto médico.
«Respetaré la autonomía y la dignidad del paciente» es una de las nuevas frases introducidas en la reunión, celebrada en octubre en Chicago.
«La nueva formulación subraya más que antes la autonomía del paciente», explica el presidente de la Cámara Federal de Médicos de Alemania, Frank Ulrich Montgomery, que es también vicepresidente de la Asociación Médica Mundial.
En opinión del experto en ética médica Urban Wiesing se trata del cambio «más importante y amplio» de la Declaración de Ginebra. «Por primera vez se añade la autonomía del paciente», asegura este médico, filósofo y asesor de la WMA. «Ya era hora».
Además, representantes de los estudiantes de medicina impulsaron la propuesta de que los médicos no sólo deban «gratitud y respeto» a sus maestros, sino también a sus colegas y alumnos.
Los profesionales jurarán asimismo cumplir con las reglas de la buena práctica médica y ocuparse de su propia salud además de la de los pacientes para prestar atención al más alto nivel. «Existen muchas pruebas de que los médicos sobrecargados o enfermos están en riesgo de no ejercer una buena medicina», explica Wiesing.
A la vez, la nueva formulación pide más transparencia y comunicación. «Compartiré mis conocimientos médicos en beneficio del enfermo y el progreso de la salud», señala el texto, que incluye ahora 13 puntos en vez de 11.
Esto constituye un llamamiento a los médicos para que informen adecuadamente a los pacientes sobre los diagnósticos y los tratamientos o sobre los efectos negativos de los estudios médicos. Según informes de Transparencia Internacional, esto último se oculta de forma regular en el sector de la salud.
¿Pero qué papel tiene en la actualidad la moderna versión del juramento hipocrático? Hace poco Wiesing publicó junto con otros colegas una investigación según la cual la Declaración de Ginebra es utilizada en todo el mundo por pocas asociaciones médicas para sensibilizar a los jóvenes doctores sobre la forma de ejercer su trabajo. «El resultado es desilusionante», dice Wiesing.
«Una profesión no se puede permitir tener distintos estándares en un mundo globalizado», subraya este experto en ética médica. «Existe un núcleo de principios morales que rigen en todo el mundo y el juramento los resume todos».