POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt

Vivir por varios años en Estados Unidos le sirvió a Romeo Ramírez para experimentar en carne propia los abusos laborales a los que son sometidos los migrantes en ese país. El guatemalteco originario de Cuilco Huehuetenango, fue uno de los asistentes a la Cumbre de Migrantes y Retornados celebrada en Xela.

Trabajar en Estados Unidos puede ser un espacio para obtener mejores oportunidades, pero en cuanto a derechos laborales, Romeo asegura que los migrantes están desprotegidos, porque al no contar con documentación que respalde su status de permanencia no pueden exigir beneficios.

“Cuando llegas no es lo que te dijeron… cuando llegas te encuentras aislado en lo que es la verdadera cara de Estados Unidos, estás aislado junto a otros migrantes porque en realidad las condiciones de vivienda no son dignas… realmente hasta cobran 200 dólares por semana y vivir entre tres personas, al final el salario no es suficiente para pagar”, indicó.

A su parecer mientras sigan los permisos para trabajar sin documentos en Estados Unidos la migración continuará, principalmente por la falta de preocupación de los gobiernos para crear fuentes de empleo.

En su caso relató que tiene experiencia en la producción de música, profesión en la que no puede trabajar en Guatemala, porque no existen los espacios en donde puedan desarrollarse.

Ramírez quien fue retornado desde EE. UU., califica de ineficiente al gobierno que solo favorece a un pequeño grupo y no trabaja por el bien común.

Como ejemplo de la desatención del gobierno, el guatemalteco señala que ahora que trabaja como agricultor en ningún momento ha recibido algún subsidio para apoyarse en sus cosechas.

“Parece que no fuera mucho pero estos pequeños contribuyentes o inmigrantes que han regresado y tienen su propia iniciativa, no pueden competir con las grandes empresas, y por ejemplo las grandes fincas de café reciben por lo menos un subsidio a través de la Asociación, pero son las que dominan el control cafetalero”, comentó.

Por esas mismas condiciones, apunta a que quienes ya migraron y al no encontrar apoyo vuelven a dejar el país, por eso señala que para lograr prevenir estas situaciones los países deben invertir y fortalecer más a los pequeños agricultores que también pueden ayudar con trabajos locales.

A decir del entrevistado, Guatemala aún no está preparada para dar trabajo a personas que tienen experiencia en otros campos, y destaca que las esperanzas de prosperar disminuyen si se toma en cuenta que cada vez son más los jóvenes que se suman a la demanda de un empleo.

REFORMAS DEBEN SER PROFUNDAS

Con los dreamers por ejemplo, comentó que la situación también se complicaría si se llegará a dar una deportación masiva de los jóvenes beneficiados por ese programa, porque al final podrían llegar a caer en la delincuencia al no encontrar un trabajo que les permita desenvolverse.

“El migrante cada vez que envía dinero le quitan creo yo un impuesto, pero solo se paga el impuesto del envío de remesas pero eso no se ve. Lo que necesita el migrante tiene que ser algo similar a lo que tienen los empresarios guatemaltecos”, agregó.

Las reformas que el país necesita, aseguró que son importantes pero que deben ser profundas y con un sentido de verdadero cambio a favor de todos y no solo a favor del mismo grupo de empresarios que por años se han visto beneficiados del Estado.

Desde que volvió al país, Romeo se dedica a la siembra de café y agricultura en Cuilco, Huehuetenango. En 2003, con un grupo sin fines de lucro al que pertenece comentó que lograron apoyar para descubrir a una red de tráfico humano que operaba en ese departamento.

“Descubrimos no una banda, sino más o menos 5 mil trabajadores que fueron liberados bajo estas condiciones, y bajo esa categoría logramos que la fundación del expresidente Kennedy nominara a nuestra organización y me tocó a mí recibirlo porque trabajé básicamente encubierto para desmantelar toda esta banda de tráfico humano”, señaló.

“Cuando llegas no es lo que te dijeron… cuando llegas te encuentras aislado en lo que es la verdadera cara de Estados Unidos, estás aislado junto a otros migrantes porque en realidad las condiciones de viviendas no son dignas… realmente hasta cobran 200 dólares por semana y vivir entre tres personas, al final el salario no es suficiente para pagar”.
“Parece que no fuera mucho pero estos pequeños contribuyentes o inmigrantes que han regresado y tienen su propia iniciativa, no pueden competir con las grandes empresas, y por ejemplo las grandes fincas de café reciben por lo menos un subsidio a través de la Asociación, pero son las que dominan el control cafetalero”.
ROMEO RAMÍREZ

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