Félix Loarca Guzmán
Las elecciones de gobernadores celebradas en Venezuela el pasado domingo, constituyeron una lección al mundo de democracia y dignidad, derribando las falacias sobre que en ese país existiría una dictadura.
De conformidad con los resultados divulgados por las autoridades electorales, hubo una participación del 61.14 por ciento de los electores, siendo una clara demostración de civismo y de soberanía política.
El Partido Socialista Unido de Venezuela, actualmente en el poder, ganó 17 de las 23 gobernaciones, mientras la oposición obtuvo solo 5. La gobernación del Estado Bolívar aún está por definirse pues todavía faltan algunos datos electorales.
El partido de gobierno obtuvo el 54 por ciento de los votos, mientras los partidos de oposición solo lograron alcanzar el 45 por ciento. Este fenómeno se interpreta como un voto de castigo, por el hecho que algunos de sus dirigentes, según denunció el gobierno de Caracas, fueron quienes propiciaron los actos de violencia y hasta de terrorismo, que hubo en ese país en los meses anteriores, con el saldo de más de cien personas muertas, además de enormes daños materiales que erosionaron fuertemente la economía venezolana.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que estas elecciones confirmaron el anhelo de paz del pueblo en general, y que el camino no es la violencia ni la guerra económica, sino el diálogo, el debate de ideas.
El gobernante tendió la mano a los cinco gobernadores electos por la oposición, para apoyarlos en el desarrollo de su trabajo, pero al mismo tiempo advirtió, que no tolerará gobernadores que promuevan la violencia.
El chavismo arrasó en todo el país recuperando importantes gobernaciones como la del Estado Miranda, que por algunos años estuvo bajo el control del candidato perdedor de la oposición en varias elecciones presidenciales, el empresario Henrique Capriles.
Ante su aplastante derrota, algunos “líderes” de la oposición, comenzaron a gritar que hubo fraude, iniciando una nueva campaña mediática en contra de Venezuela.
