POR MARIELA CASTAÑÓN
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El niño Hunter Alberto Santos Pérez, de 1 año, murió ayer en el Hospital General San Juan de Dios, tras ser herido con arma de fuego en la cabeza. La Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP) investigan el origen del deceso del infante y de dos adultos que perecieron en una vivienda ubicada en la 4ª. calle “A” 1-99 de la zona 3 de Fraijanes.
Las autoridades indagan el entorno y el contexto en el que ocurrió un hecho de violencia donde murió el niño de apellidos Santos Pérez y los adultos Walter Hernández Pérez, de 20 años y Rosa Angélica Pérez Pérez, de 35.
Información consignada por la Comisaría 13 de la institución policial, detalló que Hernández Pérez y Pérez Pérez eran hijo y madre respectivamente.
En tanto, los Bomberos Municipales Departamentales, que atendieron la emergencia, informaron que el menor de edad era familiar de estas dos personas.
De acuerdo con la PNC, un cuñado de Hernández Pérez dijo que los fallecidos estaban almorzando, cuando desconocidos irrumpieron en la casa y les dispararon.
Además, vecinos comentaron a la Policía, que supuestamente Hernández Pérez tenía dos meses de haber salido de la cárcel, pero al consultar al Sistema Penitenciario (SP) no se encontraron registros de ingreso en alguna de las prisiones administradas por Presidios.
Las autoridades encontraron en la escena del crimen 9 casquillos de arma de fuego.
En tanto, hasta las 10:15 de hoy, los cuerpos de los fallecidos permanecían en la morgue del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
VIOLENCIA CONTRA LA NIÑEZ
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en Guatemala cada día muere un promedio de 2 niños a causa de la violencia, además, 40 menores de edad quedan huérfanos de alguno de sus dos padres, por esta causa.
Hace algunos meses, Unicef lamentó que la violencia sea tolerada y que prevalezca la indiferencia ante estos hechos.
“La violencia está siendo acompañada por un alto nivel de tolerancia e indiferencia que no pueden continuar. La tragedia de una muerte violenta se ha transformado en un acontecimiento normal en Guatemala, lo que muestra una distorsión absoluta del estado de Derecho, los derechos de la infancia y de la dignidad humana”, detalló.