Por JOSHUA GOODMAN,
CARACAS,
Agencia aP
Esta maestra de matemáticas se despierta todos los días antes del amanecer y corre en busca de pañales desechables, uno de muchos productos que escasean debido a restricciones de precios y controles cambiarios que el gobierno socialista puso en práctica mucho antes de que los precios del crudo comenzaran a bajar.
«Si somos un país rico en petróleo, ¿por qué tenemos que hacer cola para rogar para comprar pañales?», preguntó Álvarez, quien llevaba un paraguas rosado para cubrirse del intenso sol con su hija luego de tres horas de estar formada frente a la tienda Farmatodo.
Ahora Venezuela repentinamente es menos rico y muchos temen que esas filas se hagan más largas.
El país con las mayores reservas de petróleo crudo del mundo ya tenía problemas para mantener el abasto en las tiendas cuando el hidrocarburo se vendía a más de 100 dólares por barril. Ahora los precios del crudo de referencia, el Brent, han caído 28 dólares en los cuatro meses pasados, hasta 86 dólares por barril, debido al exceso de producción y una menor demanda.
En Venezuela, donde la venta de petróleo representa el 95% del total de las exportaciones, el descenso significa una caída severa en los ingresos con los que se pagan innumerables productos, desde leche hasta deuda externa, desde los programas sociales a los millones de dólares destinados a subsidiar energéticos para sus aliados en el Caribe y Centroamérica.
Bank of America calcula que, por cada dólar que baje el precio del petróleo, el estado venezolano pierde 770 millones de dólares en ingresos netos anuales. Eso significará que sus ingresos serán 12.000 millones de dólares anuales menores que sus niveles máximos en caso de que el precio actual se mantenga.
Venezuela ya tiene uno de los déficits fiscales más grandes del mundo, equivalente a 15% del PIB, y aun antes de la baja actual ya sopesaba vender Citgo Petroleum Corp., su subsidiaria en Estados Unidos, para obtener efectivo.
El gobierno ha convocado a una cumbre de emergencia de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo para analizar un posible recorte en la producción con el fin de elevar los precios, una postura que podría enfrentar oposición por parte de otros miembros del cártel.